TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre los sueños de todo niño, tener una mascota suele estar arriba en la lista. Y aunque ponerle nombre, darle de comer y limpiar sus necesidades fisiológicas son responsabilidades inherentes, la convivencia entre ambos va mucho más allá.
Hacerse de un animalito de compañía aporta mucho en la vida de los seres humanos, en especial en los niños. Mejora la calidad de vida, aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y la posibilidad de caer en depresión o ansiedad.
Paralelo a lo anterior, el gozo de tener una mascota a su cargo muchas veces repercute en que el pequeño realice sus tareas escolares con más felicidad y eficiencia, pues darle de comer y compartir tiempo con su perro, gato o conejo al terminar se vuelve una meta agradable.
También sienten que pueden compartir sus alegrías, tristezas, logros, fracasos, aciertos y errores con alguien que les escucha con atención, no les critica y les consuela sin decir una sola palabra.
Los perros, favoritos
El vínculo que se da entre un niño y su perro juega un rol muy importante, pues contribuye en el desarrollo educativo y social del menor.
Al asumir las responsabilidades que conlleva convertirse en dueño de una mascota, aumenta la autoestima y, en la mayoría de los casos, mejora la integración de la familia.
Y se fomentan valores como responsabilidad, respeto, empatía y amor; además de provocar sentimientos de autoconfianza, valía personal, competencia y seguridad, que ayudarán al niño a alcanzar un adecuado equilibrio emocional.
¿Cómo involucrar mejor a sus hijos?
Aspectos clave para fomentar el cuidado correcto de las mascotas cuando hay niños en casa:
Responsabilidades según la edad. Asegúrese de que las tareas asignadas a los niños estén acordes a su edad y capacidad. Los más pequeños pueden encargarse de deberes simples como poner agua fresca o cepillar a la mascota, mientras que los mayores ayudarían con la alimentación o el aseo.
Educar sobre las necesidades. Enséñeles que las mascotas tienen necesidades diarias como alimentación, agua, ejercicio, y cariño, además de visitas periódicas al veterinario.
Supervisión constante. Supervise las interacciones entre los niños y la mascota, especialmente si son pequeños o si la mascota es nueva en casa, para evitar comportamientos inapropiados y prevenir posibles accidentes.
Respetar los límites. Incúlqueles respetar el espacio y los momentos de descanso del animalito. Deben saber cuándo es apropiado acercarse y cuándo es mejor dejar que descanse o se aleje.
Enseñar el manejo adecuado. Los niños deben aprender a tocar y tratar a la mascota con suavidad. Muéstreles cómo acariciarla, cómo levantarla (si es necesario), y a no molestarla mientras come o duerme.