Futurólogos digitales como el británico Ian Pearson dicen que la televisión de finales del siglo XXI ni siquiera formará parte del mobiliario, sino que será un objeto minúsculo, portátil, flexible e incorporará funciones que hoy tiene el computador.
'Habrá lentes de contacto con los que las imágenes de televisión se recibirán directamente en la retina. Como la imagen llegará a distintos ojos, podrá verse en tres dimensiones, incorporando las imágenes al mundo real', dijo Pearson.
Firmas como la consultora británica de tendencias y estrategia de marca The Future Laboratory van más allá y afirman que el uso de lentes de contacto irá acompañado de tatuajes que nos permitirán 'sentir' lo que sienten los actores o protagonistas de los programas.
Los expertos coinciden en que las pistas que nos da hoy la tecnología apuntan a la inmersión, integración de dispositivos y a una televisión donde prime el elemento social.