Muchos son los aspectos socioeconómicos que determinan las decisiones y estilo de vida de los hondureños.
Así como unos tienen oportunidades de obtener un empleo gratificante, otros se ven en la necesidad de poner en práctica sus dones y aptitudes en oficios u ocupaciones que bien no son costosamente remunerados, pero ante la precaria situación que atraviesa el país en base a la falta de empleo, prefieren dedicarse a cierta actividad con el propósito de generar un ingreso.
Entre las ocupaciones y actividades laborales que sobresalen en este y otros países encontramos las manualidades, comerciantes individuales, venta de comida, vendedores ambulantes y desde luego no podemos dejar a un lado a los maestros de obra o construcción, denominados 'albañiles'.
Y es que no es necesario acudir a un diccionario para saber a qué se dedica un albañil, cuando todos sabemos que desde el momento que pensamos en construir o remodelar una casa, lo primero que se nos viene en mente es la mano de obra y empezamos a hacernos preguntas como por ejemplo ¿Cuánto tengo que invertir? ¿Cuánto material se necesitará? ¿En cuánto tiempo lo realizarán?
Pues claro está que todas esas incertidumbres caen bajo responsabilidad de un maestro de obra o como mejor los conocemos un albañil, en caso que se pretenda construir sin la contratación de un ingeniero o arquitecto.
Pero, alguna vez ¿se ha preguntado usted que hace un albañil en horas laborales aparte de jugar al fútbol al mediodía, elaborar sombreros de bolsas de cemento o bien pasarla de lo mejor con sus típicos bailes y bromas con los demás compañeros?
Según sondeos, los trabajadores de esta ardua ocupación, son de los más 'enamoradizos'.
Conocidos también por populosas frases y piropos subiditos de tono hacia las damas con el objetivo claro de alcanzar una conquista o bien dejar establecido entre sus compañeros que son unos verdaderos casanovas.
Cumplidos y versos 'amorosos' entre los que sobresalen: 'rico mami', '¿la acompaño tita?', '¿amor, cásese conmigo?', 'con usted hasta la muerte chiquita', 'Uyy mamacita tanta carne y yo comiendo tortillas con sal'.
Asimismo, 'el cielo llora porque se están cayendo los ángeles', 'rico esos tallos mami', son algunos del repertorio 'poético' de los ocupantes de la albañilería y claro está sin tomar en cuenta aquellos fuera de contexto.
Según Miguel Solórzano, ocupante de albañilería, en este trabajo se vive todo tipo de experiencias y así como en muchas ocasiones se trabaja bajo los fuertes rayos del sol y sin ningún método de seguridad, un momento para compensar tanto sacrificio son las trilladas bromas y momentos de esparcimiento, sin dejar a un lado sus recordadas frases de amor y romance que de vez en cuando, le sacaron más de alguna sonrisita a un par de muchachas.
Y a usted ¿Cuál es el piropo más atrevido que le han dicho?
