Tegucigalpa

Kilómetros de contaminación dividen Tegucigalpa y Comayagüela

El 95 por ciento de las aguas residuales que corren por los 15 kilómetros del río Choluteca que atraviesan las ciudades gemelas no son tratadas. La indigencia y la invasión de la ribera crecen a un ritmo acelerado. Extremadamente expuesta salud de 1.5 millones de capitalinos.

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28.08.2012

La cantidad de aguas residuales que corren sin ningún tipo de tratamiento por el río Choluteca, es un tema pendiente para las autoridades locales.

Al ritmo acelerado que crece la población capitalina, así también aumentan los problemas de contaminación ambiental en el Distrito Central. Y es que los capitalinos están expuestos a aproximadamente 15 kilómetros de latente contaminación.

Solo en las riberas de este afluente -el más grande de la capital-, unas 4,000 familias pasan las 24 horas del día expuestas a los insoportables y fétidos olores y a la terrible contaminación.

Para el Centro de Estudios y Control de Contaminantes (Cescco), la falta de tratamiento de estas aguas es un peligro sanitario para todos los pobladores del municipio.

Elevada carga orgánica

El biólogo Dixie Ávila, analista del Cescco, indicó que la gente de Tegucigalpa y Comayagüela padece de vómitos, náuseas, dolores de cabeza y no se dan cuenta cuál es la causa que les afecta.

“Si le hacemos una prueba a las aguas del río Choluteca, la carga orgánica es elevadísima. La cantidad de gases que las aguas en descomposición producen son nocivas para la salud”, expresó.

El experto aseguró que los gases anaeróbicos contienen ácido sulfúrico, metano, monóxido de carbono, y la población los está respirando todos los días en las calles y avenidas sin darse cuenta.

Asimismo, dijo que la carga bacteriológica que corren por el afluente son de alta magnitud, por lo que no es conveniente que la piel de las personas tenga ningún tipo de contacto con estas aguas.

Ávila indicó que en el invierno es el único tiempo en que la incidencia de los gases baja. En el verano y en temporada de sequía larga, la acumulación de residuos los triplica.

El analista sanitario demandó mayor interés de parte de las autoridades municipales y de gobierno por el tratamiento de estas aguas y la adquisición del equipo necesario para darle un periodo de oxigenación a la cuenca del río.

“Para mejorar las condiciones del río hay que tener en cuenta un crecimiento de población ordenado, así como el respeto a las leyes de protección ambiental”, recomendó.

Área de influencia

Según el subgerente del Comité de Emergencia Municipal (Codem), Julio Quiñónez, la contaminación del río Choluteca es un riesgo para la salud de los habitantes de todo el Distrito Central.

No obstante, aseguró que hay un aproximado de 50 barrios y colonias que pasan en un riesgo inminente, ya que se ubican a orillas de la cuenca.

Esta particularidad hace que en verano la acumulación de residuos genere un hedor insoportable, lo que hace que la gente viva encerrada de día y de noche.

En colonias como Loarque, Río Grande, Satélite, San José de la Vega, Las Brisas, Betania, El Prado, Humuya, Maradiaga, Barrio La Bolsa, la primera avenida, Barrio El Jazmín, Barrio Abajo, El Chile, Colonia Soto, Miramesí, entre otras, cuando el caudal del río crece, la preocupación es latente.

Una sola planta

Y es que, bajo la administración del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), apenas hay una planta de tratamiento de aguas residuales para una población de 1.5 millones de habitantes.

El encargado de operaciones de la planta, Víctor Cuevas, develó que la obra está construida en su totalidad y que tiene una capacidad de almacenaje de 35 mil metros cúbicos.

No obstante, solo se recolecta un promedio de 15 mil metros cúbicos diarios de residuos (40 por ciento) debido a la falta de pozos colectores en los barrios y colonias de la capital.

Los residuos que llegan hasta la planta, instalada en la colonia La Vega, proceden de la Kennedy, Residencial Plaza, Alemán, Monterrey y Los Llanos.

Su funcionamiento se debe a que de estas zonas los líquidos residuales bajan por gravedad y no necesitan de un sistema de bombeo. Según el funcionario, si la planta se explotara en toda su capacidad, disminuiría el inmenso foco de contaminación que significa el río Choluteca para las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.

En ese sentido, el experto consideró como una medida que el SANAA exija como requisito para los permisos de construcción a las nuevas urbanizaciones la elaboración de las plantas de tratamiento.

“Si las urbanizaciones tienen sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales, habrá ahorro del preciado líquido a través de la reutilización y menos contaminación ambiental”, manifestó.

Aunque también reconoció que es un deber del Estado invertir en infraestructura para mejorar el problema que hoy representa para los capitalinos las aguas residuales.

Pronóstico

Para el expresidente del Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH), Dino Rietti, el futuro de este municipio no es nada halagador. El colapso de las tuberías de aguas negras, y el problema de que no existe una red recolectora de aguas lluvias independiente, vuelven el río cada día más vulnerable.

A criterio del arquitecto, si las autoridades municipales y gubernamentales no toman el control de las aguas residuales, el río Choluteca se convertirá dentro de 15 o 20 años en una cloaca gigante.

Lamentó que los intentos por mejorar el problema se queden en los salones de los hoteles y en estudios e informes que nunca se ejecutan.

“Las autoridades deben de tomar medidas urgentes, el río se está convirtiendo en una fuente de enfermedades para la población”, apuntó.

“Los niños se han enfermado de hongos”

Las afecciones de la piel en los hijos de Irma Santos ya se hicieron una costumbre, ya que, según ella, no hay forma de evitar que se bañen en las contaminadas aguas del río Choluteca.

“Yo les digo que no se metan a ese río pero es difícil, aunque hay veces que no queda de otra ya que el agua que nos regalan de la llave no llega hasta en tres días.

Irma dice que vive en la orilla del río porque no tiene otro lugar para donde irse, pues no tiene la capacidad de pagar un cuarto de alquiler.

El costo de vida según ella es barato. “Hay veces que botan huesos con carne y de allí se cocina una sopa. Los 100 lempiras que gano a diario no ajustan”.

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