Tegucigalpa

Jóvenes capitalinos reencarnaron el sacrificio redentor de Jesucristo camino a la cruz

Con sudor, lágrimas y sangre se consumó el misterio de la pasión de Cristo en El Calvario
07.04.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Y el hijo del carpintero que nació en un humilde pesebre bajo la estrella de Belén redimió desde el Gólgota los pecados de la humanidad.

Así lo relató el cuadro vivo que un grupo de feligreses de la iglesia El Calvario de Comayagüela revivieron en una dramatización que por décadas ha tocado los corazones de los testigos que observan este camino a la cruz, que inicia desde el barrio La Granja hasta el antiguo barrio Villa Adela.

Pasada las 7:30 de la mañana, todos los intérpretes se alistan, entre ellas Nora Gutierrez, de 22 años, quien por primera vez encarna al ángel caído que busca hacer caer en la tentación a Jesucristo en su camino a la cruz.

También Tristan Zúñiga , quien por primera vez carga sobre su espalda la cruz de madera durante su misión redentora.

Momento de la dramatización de Jesucristo cargando la cruz durante el Vía Crucis.

Antes de que el reloj marque las 8:00 de la mañana, el protagonista de la pasión inicia con las 14 estaciones y la feligresía católica acompaña el andar de este grupo de jóvenes que rememoran con su fe el sacrificio de Jesucristo.

En cada una de las estaciones, se tuvo la oportunidad de orar y pedir por el cese de la violencia.

Durante el primera etapa del recorrido, Jesús fue condenado a muerte, se le entregó la cruz y cayó por primera vez, para luego reencontrarse con su madre María, uno de los momentos más sensibles de este camino.

“Este es un momento para reflexionar, cada vez que pecamos crucificamos a Jesús. María es una enseñanza para nosotros, nosotros vamos cargando una cruz, en ese camino nos acompaña María. Hay que seguir el modelo del ladrón bueno, arrepentidos, robar el corazón de Jesús”, reflexiona el sacerdote César Andino.

Durante el trayecto, por cada rincón del barrio Villa Adela, se observaba a capitalinos, que salían de sus balcones o asomaban la mirada por las ventanas y puertas para ser testigos del camino de Cristo.

En el recorrido al Gólgota, el Cordero se encontró con el Cirineo y antes de caer por segunda vez, su rostro fue limpiado por la Veronica.

“Vamos rey, apurate, no tengo todo el día”, exclamaba sin piedad y bajo un fuerte sol a Jesús que cayo sobre el inclemente pavimento.

Después de caer por tercera vez, Cristo fue despojado de sus vestiduras, ante la mirada maligna de Satanás, quien reía y gritaba por el odio a la humanidad.

En esta espectacular dramatización tres maderos en forma de cruz fueron colocados a un costado de la parroquia El Calvario, para crucificar a Jesús junto a dos ladrones más.

Un ladrón arrepentido y uno arrogante le acompañaron mientras sufría, dudaba y dialogaba con Dios en lo alto.

Las siete palabras fueron exclamadas , cansado, con dolor, el sol quemaba su piel, para luego expirar, mientras el hijo del mal, se retorcía por la impotencia de no haber logrado su cometido.

Momento de la muerte de Cristo, a cargo de la dramatización del cuadro vivo de la iglesia El Calvario.
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Fe en el centro de la capital

En varios sectores de la ciudad se realizaron dramatizaciones sobre el sacrificio de Jesús, por ejemplo en el centro de Tegucigalpa, desde el templo San Francisco hasta la iglesia El Calvario, en el barrio Abajo del centro histórico se realizó el Vía Crucis por parte de la Pastoral Juvenil de la Catedral San Miguel Arcángel.

Los fieles católicos, fueron acompañantes del camino doloroso, durante las cuadras del centro de Tegucigalpa, zona concurrida por los turistas que visitaban las tradicionales alfombras de aserrín.

Este Vía Crucis crucis fue encabezado por autoridades de la Iglesia Católica como monseñor José Vicente Nácher, quien hizo un llamado a no quitar la mirada de quienes están oprimidos por la cruz de la soledad, la injusticia, el hambre y la enfermedad.

“Nadie debe excluirse y nadie debe ser excluido”, enfatizó Nácher, quien pidió a la comunidad practicar la misericordia.