En la locura comercial, ciertos mercaderes aprovechan para instalar sus puestos.
La sexta avenida fue una de las conflictivas zonas donde se logró mantener la circulación vehicular y peatonal.
En la quinta avenida de Comayagüela, entre la cuarta y tercera calle, se instalaron carretilleros y vendedores ambulantes a su complacencia, a pesar de la prohibición municipal.
Según la comuna, aumentó la afluencia de compradores con el orden.
La municipalidad desplazó diariamente inspectores y oficiales para desmantelar nuevos puestos y ampliaciones.
En la quinta avenida se desarticularon hasta cuatro tomas de vía pública.