Tegucigalpa, Honduras.- El sueño de miles de capitalinos que viven al sur de esta ciudad y que transitan a diario por la carretera CA-5 sur, que lleva hacia el sur del país, al fin podría convertirse en realidad.
Las estresantes horas en el tráfico en la salida al sur llegarían a su fin. En agosto de 2025 iniciarán las obras físicas del proyecto vial denominado Libramiento Sur.
La obra de infraestructura promete aliviar el pesado tráfico vehicular de la zona, por dónde en la actualidad transitan a diario hasta 31,000 vehículos, que ingresan y salen de la capital; increíblemente, más de los 26,500 que pasan a diario por la carretera CA-5 norte.
Será por otra ruta
El Libramiento Sur será una carretera que unirá el anillo periférico, a la altura de la aldea La Cañada, con la CA-sur, en el kilómetro seis, en el sector de la aldea El Tizatillo.
En primera instancia se pensó y planificó que la calzada comenzaría en la aldea La Cañada, pasaría por los predios de El Diamante, parte de la aldea Santa Rosa y conectaría con la CA-5 sur, en el kilómetro tres, saliendo por el desvío a la aldea Santa Rosa.
Sin embargo, esa planificación cambió y ahora la autopista tendrá una longitud de 8.2 kilómetros, pasando siempre por la zona de Santa Rosa, pero bordeará la montaña El Recreo y se unirá en el kilómetro seis con la CA-5 sur.
Octavio Pineda, titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), recordó que el proyecto se aprobó en 2018, "en aquel momento se tenía pensado que este proyecto iba a costar 50 millones de dólares, tanto el diseño, como la construcción y la supervisión. Pensábamos que iba a pegar a Altos de Santa Rosa y cuando empezaron a hacer los diseños se dieron cuenta que no era opción altos de Santa Rosa".
Con ese recorrido tendría un largo de 5.4 kilómetros, pero según Pineda, no era los mas viable, debido a la ocupación del derecho de vía que ahora es difícil de ampliar.
Pero... ¿Porqué no ha comenzado?
El proyecto se planificó en el gobierno anterior, pero no se inició. Con la ampliación del tramo carretero de 5.4 a 8.2 kilómetros y los años transcurridos, el costo aumentó considerablemente.
En la apertura de las ofertas de las cuatro empresas que licitaron para ejecutar el proyecto, en diciembre de 2024, se le adjudicó al consorcio hondureño Eterna-Sermaco que presentó la oferta más baja, por 55 millones de dólares.
“Esta licitación comprende, dentro de su presupuesto, el pago de la tierra. El préstamo (con el Banco Centroamericano de Integración Económica) lo tuvimos que ampliar de 55 a 65 millones de dólares, porque el costo del proyecto del 2018 versus el proyecto del 2025, hay una gran diferencia”, dijo.
El Estado de Honduras hizo las diligencias para ampliar el contrato de préstamo 2221 que se firmó en 2018 con el BCIE y lo amplió a 65 millones de dólares (alrededor de 1,667.25 millones de lempiras).
Millonarias indemnizaciones
Para llevar a cabo el proyecto es necesario indemnizar a al menos 30 propietarios de los terrenos en la zona.
Para ello, se conformó un comité interinstitucional con la Alcaldía Municipal, a través de la Unidad de Catastro, el Instituto de la Propiedad (IP), y la Secretaría de Infraestructura y Transporte.
"Ya tenemos negociado más del 80% de las tierras, pero ¿qué pasa? El banco pone la limitante que se debe tener negociado al menos el 70% de la tierra, más no pagada. Pero previo a la construcción tiene que estar pagada al menos el 50% de la tierra por donde pasa el alineamiento de la carretera”, aseguró.
El contrato con Eterna Sermaco ya fue firmado y se pasará a la orden de inicio en mayo próximo, que tiene tres meses calendario.
Esas tierras pertenecen, en su gran mayoría, al Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema), a la familia Valladares Tróchez ya un tercer consorcio familiar, propietario de los terrenos colindantes con el anillo periférico. Pineda aseveró que la compra de esas propiedades cercanas al anillo periférico son las más caras, para llevar a cabo el proyecto.
Los otros son unos 24 dueños, propietarios de pequeñas parcelas que están a lo largo y ancho del tramo carretero. El Estado pagará en indemnizaciones por el 100% de la tierra, 12 millones de dólares.
El Inprema obtendrá en indemnizaciones aproximadamente tres millones de dólares (alrededor de 77 millones de lempiras), el consorcio cercano al anillo 2.5 millones de dólares y el resto, o sea, 6.5 millones de dólares se distribuirá en al menos 24 personas.
“Hay unos que en la negociación lo que querían era que le compráramos todo según como estaba en escritura, pero la ley lo impide. En caso de que se nieguen, prima el interés nacional”, exteriorizó el funcionario.
Sectores afectados
Por estas indemnizaciones, la Asociación Arcas de Esperanza, que atiende a niños con lesiones cerebrales, ha levantado la voz, ya que por una parte de sus instalaciones pasaría el Libramiento Sur y su diseño afectaría, en más de 2,500 varas del terreno donde se está construyendo el centro de rehabilitación.
Desde Arcas de Esperanzas aseguran que les afectará la contaminación ambiental que se generara con la ampliación de la carretera, con el ruido y el humo de los carros al quedar más cerca de las instalaciones.
Sobre esto, el titular de la SIT, expuso: "Tendría que ver el caso particular de esta de esta asociación, voy a consultar con con el equipo de la Unidad Ejecutora del BCIE para ver qué respuesta les podemos dar, pero todo eso se soluciona".
Aseguró que el análisis del precio de los terrenos "lo hacen evaluadores y en este caso contratamos a una empresa de alto prestigio, externa a la Secretaría, para evitar este tipo de problemas" y si hay que hacer la indemnización, se hará, prometió Pineda.
Será una realidad...
De acuerdo con Pineda "en el mes de agosto empieza el proyecto y tiene un tiempo estipulado de construcción de un año y medio. Más o menos, podría estar la inauguración, en febrero 2027 o mayo a más tardar, si en un dado caso la obra inicia en agosto (2025)".
La carretera será de cuatro carriles de concreto hidráulico, tendrá pasos a desnivel, interconectores, entre otras obras. Las estimaciones es que beneficiará a más de un millón de personas y podrán transitar alrededor de tres millones de personas al año.
Así, las interminables filas de carros que se forman desde el anillo periférico, al sur de la capital, pasando frente a la colonia Loarque y viceversa, desde la aldea El Tizatillo hasta llegar al anillo periférico podrían acabar en febrero de 2027.