Cansados de esperar una respuesta para los múltiples males que padece el instituto Abelardo R. Fortín, los padres de familia exhibieron en las calles la calamidad que consume a este centro educativo.
En una inusual protesta donde los alumnos y maestros permanecían -de pie- en los salones de clases, los padres de familia reclamaron a las autoridades de Educación un mejor trato para los 1,700 estudiantes del instituto.
Lo insólito de la protesta es que cada muchacho sacó su deteriorada silla a la calle formando hileras que obstruían el paso vehicular.
Las montañas de pupitres dañados representaban de manera simbólica el cementerio en el que se encuentra el sistema educativo público.
“Los padres de familia no podemos seguir asumiendo los roles del Estado, manteniendo los centros educativos. No podemos solapar su ineficiencia invirtiendo en reparación de escuelas”, gritaban los padres con un megáfono.
Según los protestantes, el Abelardo R. Fortín está agonizando ante las pésimas condiciones del mobiliario, infraestructura escolar y el pobre mantenimiento.
Irma Ordóñez, representante de la sociedad de padres de familia del instituto, entregó a EL HERALDO una misiva en la que se increpa al ministro de educación, Marlon Escoto, por sus promesas incumplidas.
En la carta se lee: “Las publicaciones de EL HERALDO ponen sobre la mesa el debilitamiento del estado de calamidad de la educación y la indiferencia de la Secretaría de Educación...”.
Según los manifestantes, Escoto no puede seguir transfiriendo sus responsabilidades a dependencias muertas como Construcciones Escolares y a instituciones como El Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), que nunca han atendido sus llamados.
Los docentes aseguran que los alumnos sí repararon 300 pupitres, pero sin recibir ningún desembolso de Educación.
En alusión a las declaraciones de Escoto sobre que ningún centro educativo técnico aceptó reparar mobiliario a cambio de 300 lempiras por cada silla reparada, la subdirectora del instituto Angélica Méndez le recordó al ministro sus promesas.
“Tenemos un acta de visita del ministro donde contrajo el compromiso de nombrar dos vigilantes, dos aseadoras, donar 280 pupitres y la donación de los mencionados 300 lempiras, pero a la fecha seguimos con la mano extendida”, manifestó.
La protesta se prolongó por cuatro horas, lapso durante el cual ningún vehículo pudo transitar por la sexta avenida, pues pedazos de mobiliario cercaban el paso.
Y mientras el caos vehicular se apoderaba de las calles de Comayagüela, los alumnos continuaban su tradicional calvario de cargar sillas hasta los talleres para recibir el pan del saber, debido al déficit de mobiliario.
Históricos males
Desde 2009 el anexo del centro educativo presentaba severos daños en su infraestructura, sobre todo en el techo que aún amenaza con caer sobre los alumnos.
En 2010 toda el área fue declarada inhabitable por las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) y el Cuerpo de Bomberos.
Sin embargo, los alumnos aún reciben clases en algunas aulas del edificio debido a la falta de espacio para educarse.
Para el caso, el aula de Dibujo Técnico, en lugar de un salón de clases parece una choza abandonada con paredes carcomidas a punto de caer.
Al ser consultado sobre las exigencias expuestas por los docentes y padres de familia, el titular de Educación aseguró que en dos semanas entregarán las sillas.
Además aseveró que gestionará con las dependencias de Educación las opciones de ayuda para solventar los problemas de infraestructura del edificio.
El funcionario insistió en que las construcciones de los centros educativos corresponden al FHIS.
Maestros y padres de familia revelan documentos firmados por Escoto
Los docentes y padres de familia mostraron el oficio 050, con folios 70 y 71, del acta de visita del ministro de Educación, Marlon Escoto, del 10 de abril de 2012.
El documento describe los compromisos de ayuda que asumió el titular de la dependencia: contratación de 2 dos vigilantes, dos aseadoras, 300 lempiras por cada silla reparada y la donación de 280 pupitres. En la misma aparece su firma.
Los docentes aseguran que los alumnos sí repararon 300 pupitres, pero sin recibir ningún desembolso de Educación.