Tegucigalpa, Honduras-. Un llamado urgente se ha lanzado para restaurar la emblemática iglesia de Los Dolores. Su párroco, Carlos Domínguez, destacó la importancia de este templo como patrimonio nacional, por lo que pidió a los hondureños sumar esfuerzos para restaurar su techo y la fachada frontal, afectados por el paso del tiempo.
"Estamos tratando de que podamos recuperar este templo histórico que hizo posible a través de los años centrar uno de los elementos importantes de la cultura nuestra, ya que fue construido por manos de pardos, es decir, hijos de españoles y aborígenes de Tegucigalpa", explicó Domínguez, encargado de la histórica parroquia.
Este templo, detalló, fue obra del padre Juan Francisco Márquez, quien inició su construcción en 1732. Desde esa fecha permanece la fachada central, por la que ahora se solicita colaboración para su restauración.
La fachada frontal es de gran valor para la cultura hondureña, pues incorpora elementos naturales que los pueblos originarios consideraban sagrados y creación de Dios.
El sacerdote explicó que el deterioro se debe principalmente a dos causas: la antigüedad del templo, que tiene 293 años, y la presencia de animales, como las palomas que se posan y anidan en la parte superior.
"Son las que se han encargado últimamente de hacer sus nidos. Además, que el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) no nos han podido dar un permiso para proceder a realizar esta obra”, detalló el párroco Domínguez.
A pesar de esta limitante, confía en que las autoridades autoricen pronto las obras para rescatar a la iglesia, una de las más antiguas y emblemáticas de Tegucigalpa.
El llamado del sacerdote es abierto: "A todos los hondureños, creyentes o no, les invito a unirse a esta gran labor de rescatar el patrimonio de casi tres siglos ubicado en el centro de Tegucigalpa".
Otros daños
La iglesia presenta daños acumulados desde hace 10 años, sobre todo por filtraciones de agua en temporada de invierno, cuando los efectos se hacen más evidentes.
La parte superior y frontal del campanario tiene grietas y desgaste, mientras que la fachada requiere resane y pintura, siguiendo las especificaciones del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
La cúpula, aunque es una adición moderna construida en 1958, también necesita pintura para evitar que el deterioro avance.
En el interior, las filtraciones de agua han afectado las paredes y la pintura, que no ha sido renovada en varios años.
Quienes deseen colaborar pueden comunicarse al número de la parroquia 2237-2690 o al celular del padre Carlos Domínguez 9243-3399.
También pueden realizar aportes a la cuenta de Banco Ficohsa 200003386103.
