Miles de fieles aguardaron durante horas en una enorme fila, y bajo el abrasador sol, tan solo por tener el privilegio de estar treinta segundos frente a la Morenita. En las escaleras que conducen al altar mayor se respiraba un ambiente de recogimiento espiritual y ansiedad entre los peregrinos que esperaban su turno para tener un momento a solas con la santa Patrona.
Gloria Catalina López, originaria del municipio de San José, en el departamento de La Paz, arribó a la Aldea Suyapa a las 12:00 de la medianoche, su primera acción, después de participar en la alborada, fue instalarse en la fila que la llevaría hasta la reina de corazones.
Pasadas las 10:00 de la mañana ella logró tener ese pequeño instante frente a la virgencita y ofrecerle todo su agradecimiento por la vida de su hija.
'Mi hija Pastora García perdió todo en un incendio. Ella es madre de dos niños y junto a su esposo han perdido las esperanzas, yo vine a pedirle a mi patrona que no me los deje caer y les dé fortaleza', relató.
Doña Gloria, al tener de frente a la Virgen de Suyapa, no soportó el nudo que se le formó en la garganta y rompió en llanto, pero aseguró que fueron unas lágrimas de paz porque sintió cómo la Virgen se manifestó al atender su llamado.
'Ella me llenó de paz y estoy segura que mediará ante Dios para que tengan los medios que les permitan salir adelante', afirmó. Como ella, más de dos millones de hondureños elevaron sus plegarias a la Morenita o llegaron hasta su altar para agradecer los favores recibidos.
Desde el fin de la alborada, a la 1:00 de la madrugada y durante todo el día de ayer, miles de creyentes aguardaron horas para tener unos segundos cara a cara con Santa María de Suyapa.
Los fieles aprovecharon el momento para llenar sus botellones con agua bendita de los barriles que habían en las afueras del santuario.
