Sucesos

Ola de violencia ha acabado con doce policías en Honduras

Otros tres agentes policiales perdieron la vida en accidentes de tránsito y uno por causas naturales. La mayor cantidad se registran en los primeros días del mes de febrero.

20.02.2013

La ola de violencia que azota al país no solo se han ensañado con los ciudadanos civiles. La Policía también ha sido golpeada en forma alarmante, a tal grado que en tan solo 51 días que han transcurrido de 2013 son 12 los miembros de la institución que han perdido la vida a manos de criminales.

Otros tres agentes policiales perecieron en accidentes de tránsito y uno por causas naturales, según información oficial.

Entre las víctimas mortales hay un subcomisionado, mientras que los demás pertenecían a la escala básica de las diferentes direcciones de la institución.

Solo en el mes de enero se reportaron cinco policías fallecidos a manos de criminales.

El primer caso se registró en Juticalpa, Olancho, donde el agente Bernabé Antonio Zepeda Martínez fue ultimado a balazos, sin que hasta la fecha se conozcan los móviles.

Un día después, en San Luis de Esquías, Comayagua, perdió la vida el Clase I, Héctor Elvir Corea López, mientras que el 9 del mismo mes corrió la misma suerte la agente de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), Suyapa Posadas Márquez, de 25 años, en la colonia Guillén, sector de la Rivera Hernández, en San Pedro Sula, Cortés.

Mientras tanto, el 15 de enero fue ultimado el subcomisionado German Fernando Reyes Flores, de 50 años, en la colonia Loarque, al sur de la capital.

Los decesos violentos durante el primer mes del 2013 cerraron con el policía preventivo Deybi Alexander Castillo Velásquez, de 23 años, quien fue abatido a tiros el 20 en el barrio Buenos Aires de Puerto Cortés.

En estos cinco casos, los cuerpos de inteligencia siguen un proceso de investigación, pero hasta la fecha no han dado cuenta de capturas.

Febrero sangriento

En los 19 días transcurridos del presente mes, la cifra de homicidios contra elementos policiales se ha superado en comparación al mes anterior.

Hasta la fecha se registran siete policías fallecidos a causa de la ola de criminalidad, dos en el departamento de Yoro, uno en Colón y cuatro en la capital.

Los crímenes más recientes sucedieron, uno el pasado viernes en el barrio Morazán, donde la agente de la Policía Femenina, Marbella Pinot Martínez, de 33 años, fue acribillada a balazos en el interior de un autobús rapidito.

Mientras tanto, el domingo en el campo de fútbol de residencial Plaza cayó abatido a tiros el agente de la DNIC, Manuel Francisco Perla, de 45 años, junto a su hijo.

A la lista de víctimas se sumaron los elementos del Comando de Operaciones Especiales (Cobra) Abrahán Gúnera y Carlos Armando Lira Turcios, quienes eran miembros de la seguridad del ex director de la Policía Nacional, José Ricardo Ramírez del Cid.

En este atentado criminal perdió la vida el hijo del ex jerarca policial, el joven Óscar Roberto Ramírez Umaña, de 17 años.

Según el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Héctor Iván Mejía, el triple crimen fue perpetrado por, al menos, ocho o 10 hombres armados en el restaurante Típicos de la Costa, en la colonia Lomas de Toncontín.

Según el oficial, varios equipos trabajan en las investigaciones orientadas a dar con los criminales y darles captura.

Replanteamiento

Mejía Velásquez detalló que desde los primeros días del mes de enero se vienen experimentando varios acontecimientos donde compañeros perdieron la vida, la mayor parte en el cumplimiento del deber.

Esto, dijo, obliga a la institución a hacer un replanteamiento y ver cuáles son las acciones más factibles que se pueden tomar en el más corto tiempo.

El vocero policial es del criterio que no se debe permitir que exista un sentimiento de deserción en el personal que se tiene y que los que pudieran ser nuevos policías no vean su profesión como un peligro.

Lamentó que atrás de los policías que pierden la vida quedan muchos niños huérfanos, mujeres viudas y familias adoloridas por las pérdidas irreparables de sus seres queridos.

Apuntó que en la mayoría de los casos las muertes “parecen ser que vienen de un sector que no tiene ningún valor por la vida y que ha tomado como objetivo ir matando policías”.

El oficial manifestó que, ante esas situaciones, se tiene que actuar de manera contundente y hacer un llamado a los organismos de Derechos Humanos para que se puedan incorporar en esta lucha, porque ahora matan a los policías, después van a matar a los fiscales, van a seguir con los abogados y por último van a seguir con el resto de la población.

“No podemos esperar a que la situación se agrave”, expresó Mejía Velásquez.

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