CORTÉS, HONDURAS.- Una nueva masacre ha consternado este sábado a varias familias. Tres jóvenes fueron acribillados a balazos en el sector de Tacamiche, Lomas del Carmen, en San Pedro Sula, departamento de Cortés, zona norte de Honduras.
Las víctimas fueron ultimadas en horas de la madrugada y dos de ellas respondían a los nombres de José Antonio del Cid Ríos y Marlon Enrique Ríos, de 30 años.
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Los cuerpos de los fallecidos quedaron tendidos en el suelo de la colonia y posteriormente fueron tapados con una especie de plástico a la espera de que llegaran autoridades de Medicina Forense.
Dolor
Horas después los cuerpos fueron trasladados hasta la morgue de la ciudad, hasta donde llegó la madre de Marlon Ríos, quien no podía contener las lágrimas al saber que no volverá a ver a su vástago.
La mujer, identificada como Beatriz, contó que desde hace tres años su hijo se había distanciado de ella, por lo que sabía muy poco sobre su vida actual.
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“Él dejó su familia que tenía, por juntarse con otra pareja y entonces se alejó de nosotros”, dijo la mujer, quien aseguró que ella le aconsejó no abandonar a sus cinco hijos, pero este no obedeció.
“Siempre le decía: ‘Apártese de las malas compañías’, eso no le va a dejar nada bueno y mire, esas son las consecuencias... Por no agarrar consejo los jóvenes”, lamentó la mujer.
Un amargo cumpleaños
Como llevaban mucho tiempo distanciados, la madre de Marlon recordó que el pasado 2 de agosto, fecha en la que él cumplió 30 años, ella le envió un mensaje a través de Facebook, pero narró, con dolor, que este se limitó a responderle un frío y corto texto.
“Gracias”, fue la corta reacción del joven en la que sería la última comunicación que tuvo con su progenitora.
“No sé por qué se fue a meter donde no debía. Siempre fue un hombre trabajador, luchador, pero a veces las malas influencias...”, agregó la mujer.
Hasta el momento se desconoce el móvil del violento hecho, al igual que las identidades y el paradero de los responsables.
La acongojada mujer solicitó ayuda para poder sepultar a su hijo, pues su meta es poder trasladar su cuerpo hasta el municipio de Arenal, Yoro, pero su difícil situación económica no le permite hacerlo: “Desde (los huracanes) Eta y Iota quedamos en la calle porque perdimos absolutamente todo”, detalló con la mirada inundada de tristeza, por lo que pidió a quienes deseen colaborar, comunicarse con ella al teléfono: 9978-9416.
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