Los pobladores estaban enardecidos y por eso desataron su furia en contra de él.
Se trata de Olvin Alexander Flores Lanza, de 30 años, quien perdió la vida en la aldea La Laguna, Teupasenti, El Paraíso. Su muerte se produjo el pasado sábado 28 de abril, pero el levantamiento de sus restos se hizo siete días después.
Y es que, según el informe policial de esa fecha brindado por Osman Barahona, jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) de
El Paraíso, Flores junto a tres personas más supuestamente habían realizado una emboscada donde fallecieron los hermanos Bertín Flores, de 32 años, y Roger Flores, de 18 años.
Durante la balacera, uno de los hermanos, antes de fallecer, logró herir a Flores, pero fue una turba de más de 200 personas, conformada presuntamente por pobladores de la localidad, la que de manera violenta finalmente le quitó la vida.
El cuerpo del joven no pudo ser identificado el día que ocurrieron los hechos, puesto que la turba, enardecida, no permitió la entrada a las autoridades del Ministerio Público.
Barahona en su momento comentó que la muerte de estas tres personas se debía a una vendetta familiar por tierras y que Flores tenía una orden de captura por los delitos de usurpación y asesinato.
Bernarda Lanza, madre del ahora occiso, dijo que los familiares de los dos hermanos que murieron desde hace algún tiempo han querido adueñarse de su propiedad.
“Nuestra familia tiene unas 14 manzanas de tierra y los familiares de estos muchachos compraron un predio que colinda con el nuestro, pero dijeron que a ellos les gustaba más el de mi familia y que iban a hacer todo lo posible por conseguirlo”, relató la señora.
Le prendieron fuego
Doña Bernarda relató que la turba tuvo en su poder por más de siete días el cadáver de su hijo, a quien le habrían sacado los ojos y finalmente le prendieron fuego.
“Todos los días que lo tuvieron en su poder, estas personas le pasaban un carro por encima, le sacaron los ojos y hasta le prendieron fuego. la Fiscalía lo único que me entregó fueron las cenizas de mi niño”, dijo la anciana.
Es por ello que al momento de velar los restos de Olvin, los familiares tenían como féretro una bolsa plástica de color blanco que contenía las cenizas del fallecido.
“Estas personas no me dieron ni la oportunidad de ver por última vez la cara de mi hijo, me lo mandaron en cenizas”, relató la señora.
Además, mencionó que el 10 de abril de este año, a tan solo 18 días de la muerte de Flores, le mataron a otro de sus hijos a causa de este mismo problema. “En un mes he perdido a dos de mis hijos por este problema y la verdad no sé en lo que va a parar”, comentó la acongojada madre.