Con su rostro desencajado por el asesinato de su hijo y tras recibir amenazas, el exdirector de la Policía, Ricardo Ramírez del Cid, acudió el viernes al Ministerio Público (MP) a pedir protección.
En la noche del pasado 17 de febrero fue asesinado el joven Óscar Roberto Ramírez Umaña (17), hijo de Ramírez del Cid, hecho acontecido en un restaurante de la colonia Altos de Toncontín.
El joven fue asesinado junto a sus dos guardaespaldas, miembros del escuadrón Cobras, Abrahan Gúnera (30) y Carlos Armando Lira Turcios (29).
Los tres fueron atacados la noche del pasado domingo por diez sujetos fuertemente armados mientras compraban comida.
Luego, Ramírez del Cid culpó a la Policía Nacional y Fuerzas Armadas por causarle este gran daño.
Específicamente señaló al actual director de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, como el principal sospechoso.
Posteriormente denunció que era objeto de seguimiento por un oficial de la Policía, el cual tenía órdenes de Juan Carlos Bonilla.
Seguramente por tales circunstancias, Ramírez del Cid llegó ayer a las 8:30 de la mañana a la Fiscalía de Derechos Humanos a pedir protección para él y su familia.
Por espacio de dos horas se entrevistó con el fiscal especial de Derechos Humanos, German Enamorado; luego, dialogó una hora más con la directora de Fiscalías, Danelia Ferrera.
Al terminar su encuentro con los fiscales externó su anuencia de ofrecer declaraciones a una gran cantidad de periodistas que lo esperaban.
“El día de hoy (viernes) tomé a bien abocarme al Ministerio Público para hacer una comparecencia ante el señor fiscal de Derechos Humanos, German Enamorado, para manifestarle o buscar su apoyo para poder blindar aún más la investigación que se está realizando en torno a la muerte de mi hijo y también buscar la forma de conseguir protección para mí y para mi familia”, fueron las primeras declaraciones de Ramírez del Cid a periodistas.
Precisamente, esta semana las autoridades del MP instruyeron decretar secretividad del expediente, por contaminación en la investigación.
Después del asesinato de su hijo se planteó que ahora “hay que buscar cómo protegerse”.
Por ello puso al tanto a los fiscales de que se siente amenazado, sin detallar de dónde provienen.
“Es una situación tan difícil, tan compleja, que se convierte en un blanco uno. En una situación de estas la vida de uno cambia, es distinto, hay que buscar la forma de cómo protegerse ante cualquier adversidad”, remarcó.
En su entrevista con los fiscales expuso qué hacer en casos como este y conocer la parte legal para obtener protección.
La Fiscalía de Derechos Humanos, bajo la coordinación de la Dirección de Fiscalías, tomó nota de la petición de Ramírez del Cid para tramitar el procedimiento pertinente. Valoró la anuencia del Ejecutivo para protegerlo a él y a su familia.
Respeto
Ramírez del Cid espera que se desarrolle el curso normal de la investigación, sin pedir informe del avance de la misma.
“En lo que es la investigación yo respeto mucho, no pregunto detalles, simple y sencillamente sé que se está investigando por un grupo de fiscales compuesto por diferentes Fiscalías”, dijo.
Son las Fiscalías de Delitos Comunes y la de la Niñez quienes finalmente están cargo de esta investigación.
Curiosamente, no mencionó a la Policía como ente involucrado en la investigación.
Solo mencionó a un grupo de policías que están fuera del ámbito de la Dirección Nacional de Investigación Criminal.
“Siempre he tenido confianza en los órganos de investigación, he escuchado tantas cosas adversas, pero yo sé que tienen la capacidad de investigar, buscar la forma de cómo llegar a los hechores materiales e intelectuales”, subrayó. “Yo he tratado de mantenerme al margen (de la investigación) y lo dejo todo en manos de la autoridad fiscal”, reiteró el comisionado.
Hace unos días Ramírez del Cid rindió formal declaración ante el MP por el crimen de su hijo. Se le consultó si la resolución de reducir el tiempo de disponibilidad (de un año a seis meses) era dirigido, pero él respondió no tener interés ya que se considera fuera de la Policía.
Tras el asesinato de su hijo,
Ramírez
del Cid señaló al director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla, como el principal sospechoso del crimen. Bonilla rechazó estas acusaciones.
Incluso, a efecto de que la investigación del asesinato de su hijo se realice de forma efectiva, el general pidió la renuncia
del ministro de Seguridad,
Pompeyo
Bonilla y del director de la Policía.
En las primeras diligencias
investigativas
se constató que el caso ha sido contaminado, por lo que varias fiscalías se incorporaron a los trabajos de investigación.
Por el crimen Óscar Ramírez, un menor de edad se encuentra en calidad de testigo protegido ya que es considerad como la pieza clave para conocer la identidad de los autores materiales e intelectuales.
El menor, supuesto integrante de la pandilla “18”, y a quien se le denomina con el alias “Caballito”, resultó herido durante el tiroteo y fue ingresado al hospital Escuela, del que
fue dado de alta
y trasladado a una instalación militar
para evitar que sea objeto de algún atentado criminal.