Fue una noche de horror nunca antes vista en la pacífica aldea Santa Rosa, al sur de Tegucigalpa, que ha dejado una estela de luto y consternación.
Cinco hijos de la comunidad, a los que todos sus habitantes vieron crecer con una trayectoria de hombres de bien, perdieron la vida a causa de la violencia que azota al país
la fatídica noche del miércoles en un inexplicable ataque armado.
Por lo menos 10 hombres armados con fusiles y pistolas les dispararon a mansalva cuando celebraban el Día del Padre
en una cancha deportiva ubicada en el centro de la pacífica aldea.
Dos de los atacados lograron sobrevivir de milagro y se encuentran internos en un centro hospitalario capitalino, donde se recuperan de las heridas de bala que recibieron en diferentes partes del cuerpo.
En un ambiente de llanto y consternación, los restos mortales de los infortunados fueron retirados de la morgue de Medicina Forense por familiares desde las horas de la madrugada hasta el mediodía de ayer y trasladados a su lugar de origen, donde son velados.
Familiares y moradores de la zona aseguran que las víctimas eran personas honradas y trabajadores entre las que hay dos taxistas, un estudiante universitario, un pintor automotriz y un experto en estructuras metálicas.
Algunos testigos revelaron que los criminales vestían uniformes militares y policiales, chalecos antibalas y cubrían sus rostros con gorros pasamontañas.
Unidades de inteligencia policial y militar realizaban este jueves un trabajo de investigación orientado a identificar y capturar a los responsables de la masacre.
Las víctimas mortales
Edy Fernando Matamoros Pineda, de 27 años; era mecánico y motorista de taxis que son propiedad de la familia; padre de dos hijas mujeres, una de 2 y la otra de 6 años.
Sus restos eran velados ayer en la casa de su familia.
Sobre el féretro se pudo observar el regalo de Día del Padre que su hija mayor hizo en su escuela.
Es la figura de un padre con unos ganchos que sirve para colgar corbatas y que ya él nunca usará.
Matamoros Pineda había sobrevivido a un atentado criminal que sufrió el 23 de septiembre del año pasado en el trayecto de Pespire a la capital, donde recibió ocho balazos, según reveló un doliente, sin que las autoridades conocieran los móviles.
Horus Christopher Javier Gómez Rodríguez (23) es un estudiante de cuarto año de la carrera de Odontología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Él expiró en la sala de urgencias del Hospital Escuela Universitario (HEU) de varias heridas de bala.
Selvin Cupertino Gómez Matamoros (42) era pintor automotriz y tío del Horus Christopher. Era soltero y un hombre dedicado a su trabajo y al cuidado de su madre.
Los restos de tío y sobrino fueron velados en la iglesia católica en el centro de la comunidad.
Ángel Marcial Lanza Ortiz (23) era de oficio taxista y trabajaba en el punto de Loarque a la Universidad. Originario y residente en el caserío Los Jutes, que colinda con Santa Rosa, donde familiares, amigos y vecinos velaron sus restos mortales.
Grevin Rolando Sánchez García (26) era un profesional en estructuras mecánicas con domicilio en lo que moradores de la zona conocen como la invasión y que, según sus parientes, es la colonia Ciudad del Diamante, situada en una loma del norte de Santa Rosa.
Una familiar de Edy Fernando Matamoros, quien pidió no revelar su identidad, aseguró que todos los fallecidos eran hombres honrados nativos de la comunidad que no se metían a problemas con nadie.
Agregó que nunca se imaginó que su pariente y los otros jóvenes perecieran en esas circunstancias, porque la aldea ha sido sana y no están acostumbrados a escuchar disparos.
“Nosotros escuchamos un montón de detonaciones y pensamos que era que estaban celebrando el Día del Padre”, expresó.
Sabillón habla de la 18
El director de la Policía Nacional, Ramón Sabillón, reveló que la investigación sobre el caso va por buen camino y que el titular de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) está haciendo su trabajo como siempre lo hace, acentuar sobre esos delitos que son atípicos.
El oficial aseveró que “recuerde que está vinculado con maras, con Mara 18, en este caso, desgraciadamente, iban a victimizar dos y como siempre mataron tres”.
El oficial recordó el otro caso ocurrido en la colonia 3 de Mayo, donde maleantes se bajaron de una camioneta vestidos de estudiantes y “al que iban a matar era uno y mataron cuatro personas”.
Agregó que todos estos casos de homicidios múltiples perpetrados por esta organización criminal están siendo investigados y que la mayoría se han resuelto.