San Pedro Sula, Honduras.- Diego Enamorado, de 18 años de edad, conductor del “rapidito” que cayó a una hondonada en la colonia Lempira del sector de Cofradía de esta ciudad y que dejó dos personas muertas, todavía sigue prófugo confirmó la Policía Nacional.
De acuerdo con las autoridades, los trabajos de investigación van avanzados, pero indicaron que el joven no solo huyó de la escena el día del accidente, sino que también conducía la unidad de transporte de forma ilegal, ya que no tiene licencia de conducir.
“Según el registro de emisión de licencia, esta persona no ha solicitado su permiso de conducir, lo que nos indica que manejaba ilegalmente esta unidad de transporte”, dijo la fuente.
Añadió que por el momento siguen a la espera de los resultados por parte de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (Siat) de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte, que determinará si verdaderamente el exceso de velocidad fue la causa, como dijeron personas que presenciaron el hecho.
Accidente
El fatídico suceso ocurrió la mañana del domingo 7 de septiembre, cuando el “rapidito” de la empresa Etica se conducía desde Cofradía hacia San Pedro Sula.
Personas que auxiliaron a los heridos dijeron que solo vieron el autobús precipitarse al abismo y que empezó a incendiarse en la ribera del río Chamelecón, por lo que corrieron a ayudar a los pasajeros, logrando sacar a seis personas con vida.
Elementos del Cuerpo de Bomberos dijeron que los seis lesionados, entre ellos, un niño de cinco años, fueron llevados en carros particulares y ambulancias del 911 a centros asistenciales. Lamentablemente, cuando sofocaron las llamas, hallaron los cuerpos calcinados de Sujaily Rocío Enamorado Euceda, de 23 años, madre de cinco niños, y José Javier Mendoza Cortez, de 20 años, ambos originarios de Cofradía.
Tragedia. Karen Euceda, madre de Sujaily Rocío, contó consternada que el día del accidente su hija se dirigía con su hijo de cinco años al hospital Leonardo Martínez porque lo internarían para someterlo a una operación el día siguiente.
Tristemente, el destino truncó el sueño de esta joven madre de ver a su hijo sano. Manifestó que, como último acto de amor, Sujaily logró sacar al niño por la ventana del autobús para alejarlo de las llamas y que pudiera tener una segunda oportunidad de vida.
Explicó que la autopsia del cuerpo de su hija reveló fracturas en el cráneo y quemaduras de segundo grado. “Ella daba su vida por sus hijos. Espero que las autoridades hagan justicia”, solicitó con dolor Karen.