San Pedro Sula, Honduras.- La hipótesis más fuerte que manejan las autoridades policiales en el caso del empresario Diego André Martínez Carías es que lo secuestraron por el cobro de una deuda.
Las autoridades indicaron que hay unas situaciones atípicas o un tanto extrañas en el hecho y por eso las indagaciones apuntan a la presunta vinculación de una deuda que supuestamente tiene Martínez Carías con una persona.
Diego André Martínez Carías (36) fue secuestrado el viernes 1 de agosto en su autolote, ubicado en el barrio Barandillas, y agentes de la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS) lo rescataron sano y salvo la madrugada del sábado 2 de agosto.
Manifestaron que las indagaciones del secuestro continúan para dar con el paradero de los responsables del caso del vendedor de carros. Las pesquisas de la Unas establecen que el viernes 1 de agosto a las 12:18 horas, Martínez Carías se encontraba en su negocio, el autolote Americanos Auto Sport, y de repente ingresó al establecimiento un vehículo Kia Sorento color ocre, del cual se bajaron tres hombres con chalecos antibalas, armas largas y ocultando su rostro con pasamontañas.
Los individuos solicitaron la identificación a cada una de las personas que se encontraban en el establecimiento. Una vez que solicitaron la identificación de Diego Andrés, lo obligaron a abordar el vehículo y se lo llevaron privado de su libertad.
Horas más tarde, la joven Dana Gutiérrez (exnovia de la víctima) recibió seis llamadas telefónicas y una voz del sexo masculino parecida a la de la víctima le manifestó que reunieran la cantidad de 1,500,000 lempiras para que los entregaran y dejaran en libertad a Martínez.
De inmediato, las autoridades de la Unas organizaron equipos de trabajo que se desplazaron hasta el sector, en donde se le brindó asesoría permanente a la familia y de igual forma se ejecutaron fuertes operativos, logrando que los secuestradores al verse presionados por la Policía dejaran en libertad a la víctima.
Se informó que Martínez fue rescatado sin que se pagara el rescate de millón y medio de lempiras que exigían los individuos que lo tenían en cautiverio en el barrio Lempira de San Pedro Sula.