Sucesos

Anciano muere durante incendio de cohetería

Héctor Portillo, sobrino de la víctima, reclamaba el cuerpo en la morgue capitalina, quien relató que 'el trabajaba en su taller, él lo comerciaba (los cohetes) por encargo'.

    14.12.2012

    La pólvora se ha convertido en una sustancia que, además de nociva, puede causar la muerte.

    La primera víctima mortal de esta peligrosa materia fue reportada por las autoridades del hospital Escuela. Se trata del anciano Ángel Humberto Machuca de 84 años, quien no soportó las terribles quemaduras.

    La historia de este octogenario, quien era un fabricante de cohetes, inició el pasado 10 de diciembre en la ciudad de Comayagua, cuando se incendió la cohetería clandestina en la que laboraba.

    Según el dictamen de los bomberos, la explosión se produjo cuando un cohete lanzado al aire cayó en el lugar donde se estaban fabricando los cohetes. Durante el siniestro,Machuca resultó con quemaduras de primer, segundo y tercer grado en todo su cuerpo, y fue trasladado por sus familiares al hospital Santa Teresa en Comayagua.

    Sin embargo, el estado de salud de la víctima era crítico, por lo que fue remitido a la sala de emergencia del hospital Escuela.

    Al principal centro asistencial del país han llegado dos menores de edad mutilados por explosiones de morteros, uno de ellos es originario de Soledad, El Paraíso, y el otro es del departamento de Olancho.

    En la capital hondureña está en vigencia la ordenanza que prohíbe la comercialización de pólvora para evitar tragedias, especialmente en niños.

    Muerte

    Según el doctor Roberto Esquivel, director del centro hospitalario, Machuca recibió la atención requerida, sin embargo, su estado era delicado debido a la avanzada edad.

    “El paciente falleció, era una persona de tercera edad, que había ingresado hace tres días con quemaduras del 25 por ciento más o menos de la superficie corporal”, manifestó Esquivel.

    Agregó que “ya había pasado de la etapa crítica de la quemadura y estaba en la Sala de Quemados, sin embargo, anoche tuvo una muerte súbita”.

    El galeno explicó que el anciano sufrió quemaduras internas en las vías respiratorias, que dañaron la garganta y traquea lo que le produjo una neumonía química por el fuego.

    Tradición

    Según Héctor Portillo, sobrino del fallecido, el anciano trabajó desde pequeño en la fabricación de pólvora.

    “Ellos lo heredaron de mi abuelo Ramón Rosa Machuca, desde pequeños trabajaron Hernán Rosa Machuca y Ángel Humberto Machuca, lo aprendieron de mi abuelo”, relató Portillo.

    Portillo comentó que debido a la fabricación artesanal de la pólvora, Machuca recibió hace tres años el premio Personaje del año otorgado por las autoridades de Comayagua.

    Sin embargo, aseguró que esta tradición ha llenado de luto su familia en varias ocasiones, ya que hace siete años murió Hernán Rosa Machuca (hermano del fallecido) en un incendio causado por la misma actividad.

    Registros

    Así como la familia Machuca, son muchos los hondureños que han sufrido el dolor causado por la mala manipulación de la pólvora.

    Las víctimas en su mayoría son menores de edad que han perdido partes de su cuerpo por el brutal estallido de un cohete.

    Tal es el caso del primer niño quemado de la temporada navideña de nombre Robert Oyuela, un menor de 11 años, originario de El Paraíso que perdió cuatro dedos de su mano izquierda al manipular un mortero que, según su madre, se encontró en la calle.

    Así también, el segundo infante que ingresó al hospital Escuela fue Dider Osmani Chirillos de ocho años, originario de Juticalpa, Olancho, quien perdió dos dedos de su mano al estallarle un cohete de vara.

    Según, el doctor Omar Mejía, presidente de la Fundación de Niños Quemados, es necesario crear una normativa para evitar que la pólvora se comercialice a menores de edad.

    Con esta ley se podría deducir responsabilidad tanto a fabricantes, vendedores y padres de familia por las quemaduras o amputaciones que sufran los infantes por estos descuidos.