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Vincent van Gogh, una visión de su rostro

El pintor neerlandés, el segundo con más autorretratos en su trayectoria, hizo toda una exploración de sí mismo desde el lienzo, sus motivaciones fueron diversas, algunas quizá desconocidas para los estudiosos de su obra
05.06.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Vincent van Gogh primero fue marchante de arte en La Haya y Londres, maestro de escuela en Inglaterra, librero en Dordrecht y predicador en Bélgica... Después fue pintor.

Y en esos diez años que se dedicó al oficio del pincel, el pintor neerlandés, que murió el 29 de julio de 1890 a los 37 años, hizo de sí mismo su principal modelo.

Las motivaciones para autorretratarse fueron varias. Algunas responden a la simple curiosidad de probar una nueva técnica, en otras ocasiones la falta de dinero para pagarle a modelos lo llevaron a utilizarse a sí mismo como tal dentro de su quehacer, y en otras hubo un componente de autoexploración, algunas de las pinturas las hizo en momentos de vulnerabilidad mental y emocional.

Lo que hay detrás de la pintura realmente es algo que se llevó a la tumba, pudo haber otros motivos más o menos fuertes.

La experiencia sensorial de la obra de Van Gogh llega a Honduras

Lo cierto es que su colección de autorretratos es parte de su sello como artista, hizo 35 autorretratos en sus últimos tres años y medio de vida, siendo el artista que más se pintó a sí mismo, solo superado por su compatriota Rembrandt, que pintó 40, pero dentro de una carrera cuatro veces más larga.

Algo que sorprende dentro de esa específica producción es que ningún Van Gogh es igual a otro en el lienzo.

Cada obra de Van Gogh es una experimentación con su propia imagen, la paleta de colores, la técnica, el vigor o la sutileza del brochazo, la expresión de su rostro...

Cada elemento es una exploración del ser y el hacer.

Los expertos en la obra de Van Gogh han querido descubrir qué lo motivaba a pintarse, quizá lo que no se sabe más allá de sus cartas, quede en la suposición o especulación.

En 1889, el pintor le escribía a su hermano Theo que: “Estoy trabajando en dos retratos de mí mismo en este momento, a falta de otro modelo, porque es más que hora de que haga un poco de trabajo de figuras”.

“Autorretrato con la oreja vendada” (1889), es uno de los más famosos, pintado a días de la situación vivida con su colega Paul Gauguin, que lo llevó a autolesionarse.

Según lo que indican los escritos a su hermano, el artista pintaba cuando se sentía bien o cuando usaba su pintura para lograrlo: “Si me recupero será gracias a mi arte”, decía, puesto que Van Gogh sufrió de problemas mentales que aún hoy en día no han podido definirse en su totalidad, pero que fueron tan críticos que él mismo llegó a internarse para tratarse.

Se ha determinado que la mayoría de los autorretratos fueron pintados antes de que su enfermedad se manifestara, por lo que estudiosos de su obra dicen que es arriesgado sacar conclusiones sobre su estado mental tomando como referencia esas obras.

La primera gran crisis de salud mental de Van Gogh ocurrió el 23 de diciembre de 1888, cuando se cortó gran parte de la oreja izquierda, luego de una disputa con su amigo y colega artista Paul Gauguin, con quien compartía el mismo espacio para vivir.

De ese episodio hay un autorretrato, uno de los más populares de su producción: “Autorretrato con la oreja vendada” (1889), que en esa oportunidad se puede tomar como una reflexión de lo que había sucedido.

Su trabajo en el autorretrato así como otras decenas de obras más conformarán la muestra “El sueño inmersivo”, que ahonda sobre la vida y obra de uno de los artistas más reconocidos del siglo XIX.

La exposición estará en Honduras próximamente, bajo la producción de En Vivo Producciones y el International Council of Museums (ICOM), con el patrocinio de diario EL HERALDO.