Vivimos en un mundo donde la tecnología cada vez se renueva constantemente y que día a día nos envuelve mucho más.
La comunicación y la interacción constante ha pasado a convertirse en una necesidad. La sociedad 2.0 se mueve en torno a las redes sociales y los dispositivos móviles que nos permiten estar en contacto con nuestro círculo más o menos cercano 24 horas al día. Pero ¿qué pasa cuando no podemos hacerlo?
Sales de casa con prisas. Llegas tarde a clase, a la oficina o a una cita. Y, de repente, el pánico comienza a invadirte: ¿dónde está el teléfono? De lo útil a lo necesario parece haber tan solo un paso, y de ahí, a la “adicción” la línea se difumina por momentos, y es donde comienzan todos los miedos.
¿Por qué el miedo?
Este miedo irracional a estar desconectado ya tiene nombre y se llama: nomofobia, es un término nuevo y en un último estudio realizado por la Universidad de Granada a inicios del mes de febrero, dice que afecta el 8% de los universitarios en España. Mientras que otra la investigación realizada en Inglaterra sobre adicción al teléfono móvil arroja, conclusiones preocupantes: el 66% de la población británica padece nomofobia, según una encuesta que acaba de hacer pública la firma OnePoll basándose en mil entrevistas. La dependencia ha llegado a tal punto que el 41% de los usuarios del Reino Unido tiene dos teléfonos o más para estar permanentemente conectado.
Lo que quiere decir que la frecuencia con la que se hace uso del teléfono en término medio, es que cada usuario consulta su móvil 34 veces al día. Teniendo en cuenta que muchos de ellos siguen haciéndolo solo ocasionalmente, es fácil hacerse una idea de la dependencia del teléfono móvil que tienen algunos.
En cuanto a nuestro país, según datos estadísticos de la empresa de telefonía celular de Tigo, manejan un aproximado de siete millones de clientes, dando un resultado de 7 millones de líneas.
Las adicciones
El nivel de dependencia es tan alto que los jóvenes adictos a los teléfonos se aburren más a la hora de realizar actividades de ocio, son más extrovertidos y buscan más sensaciones nuevas que los no adictos, aunque presentan una autoestima más baja que estos.
Es así como lo ha señalado la experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, Francisca López Torrecillas, quien destaca que, a pesar de que algunos autores señalan a la nomofobia como una de las últimas enfermedades provocadas por las nuevas tecnologías, esta es solo un síntoma más de la adicción al móvil.
Según ha informado la Universidad, la adicción al móvil se traduce en una mayor frecuencia en el uso del teléfono en el envío y recepción de e-mail, SMS, y MMS (además de otros programas como WhatsApp), la consulta permanente de noticias y el “mantenimiento” o consulta de su teléfono móvil a la hora de dormir.
Según la investigadora, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.
Síntomas
La nomofobia se manifiesta con síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.
La profesora explica que los jóvenes que sufren nomofobia “necesitan estar físicamente junto a su teléfono móvil, y declaran, incluso, que no pueden salir de casa sin él”. Si lo pierden o se les rompe, se sienten “frustrados, enojados y aislados”.
Otros datos
- En promedio, más mujeres tienen miedo a perder su teléfono con un 70% de las encuestadas, en comparación con el 61% de los hombres.
- Los hombres son los que tienden más a tener dos o más teléfonos con 47% frente al 36% de las mujeres, agregó. “Los jóvenes entre los 18 y 24 años (77%) son más temerosos del fenómeno mientras que adultos entre los 25 y 34 años lo son menos (68%) y sorprendentemente en tercer lugar los usuarios de 55 años en adelante son también de los más temerosos”.
- Las encuestas revelaron que de cuatro años atrás al presente, el porcentaje de personas con nomofobia creció de 53 a 66% en Reino Unido con el único cambio de que antes eran los hombres los que se sentían más afectados por no tener un celular.
Autoexamen
- Que levante la mano quien es capaz de dejarse el móvil en casa y no tener un deseo irrefrenable de volver a por él...
- ¿Quién se ha quedado sin batería una tarde y no ha tenido la sensación de estar ilocalizable?
- ¿Quién ha salido sin teléfono y no ha albergado la sospecha de que precisamente esas horas recibirá una llamada importante que no podrá atender?
- ¿Y sobre todo: quién ha salido del cine o del teatro en alguna ocasión y ha aguantado hasta la puerta de la calle sin revisar sus llamadas o mensajes perdidos?
- Quien no pueda responder satisfactoriamente a estas preguntas, definitivamente es un nomofóbico.
- Los adictos tienen a ponerse ansiosos cuando pierden el móvil, se les agota la batería, se quedan sin crédito para usar el teléfono y no tienen señal.