Honduras

Juan Orlando Hernández, el líder tenaz y perseverante

En el juego de la política no le molestan los apelativos de “Juan Tortilla” y “Juan Fogón”. Es capaz de “hacer lo que tenga que hacer” para lograr sus propósitos en la vida.

07.04.2014

Juan Orlando Hernández Alvarado, a sus 45 años, busca la presidencia de Honduras por el conservador Partido Nacional.

Originario de la aldea de Río Grande, en Gracias, Lempira, el candidato nacionalista está casado con Ana Rosalinda García, con quien ha procreado dos niñas y un varón. Juan Orlando es abogado y político.

Vida familiar

“Con Juan Orlando nos conocimos en la universidad, yo tenía 18 y él 19, éramos compañeros en una clase pero no nos conocíamos, un amigo en común nos presentó y desde que nos presentó como que empezó una relación, anduvimos de novios año y medio y luego nos casamos y ya tenemos 23 años de casados”, confesó a EL HERALDO su esposa Ana García.

“Nuestros hijos Juan Orlando, Ana Daniela e Isabel son nuestra razón de ser, yo le doy gracias a Dios porque nos ha permitido un matrimonio muy estable y hemos podido criar a nuestros hijos en un ambiente de mucho amor, de mucha comprensión”, comentó.

Su vida en matrimonio tuvo una marcada tendencia política que afinó más sus raíces dentro del Partido Nacional.

“Yo siempre he dicho que la política estuvo con nosotros desde el primer día de nuestro matrimonio, porque nos casamos un sábado 3 de febrero de 1990 y ese año asumió el poder el presidente (Rafael) Callejas y el lunes Juan Orlando comenzó a trabajar como asistente de mi cuñado en el Congreso Nacional”, recordó.

En su multifacética propaganda para ganarse el electorado, el candidato nacionalista grabó un spot en el que cuenta que su padre, Juan Hernández Villanueva, ya fallecido, “me enseñó desde pequeño que la diferencia entre salir adelante o quedarse estancado en la vida no depende del dinero ni de la posición social exclusivamente, sino de aprovechar las oportunidades”.

Abogado y notario

En efecto, Juan Orlando ha aprovechado las oportunidades que ha tenido en la vida.

Maestros y excompañeros de estudio lo describen como un tipo muy tenaz y perseverante, que alcanza lo que quiere sin importar los obstáculos que se le presentan.

Hernández estudió en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde obtuvo el título de abogado y notario público.

Posteriormente, gracias a una beca por excelencia académica, obtuvo una maestría en Administración Legislativa en la Universidad de Nueva York en Albany en 1995.

Su carrera meteórica en la política la inició en su época estudiantil universitaria. Fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho de 1988 a 1989.

En 1990 su hermano, Marco Augusto Hernández, ocupó la primera Secretaría del Congreso Nacional y decidió nombrarlo como su asistente ejecutivo.

“El cipote malcriado”

A partir de entonces ha estado involucrado en el Congreso Nacional. De asistente pasó a ser diputado por el departamento de Lempira en 1994, siendo muy joven todavía.

Posteriormente, es el profesor Rafael Pineda Ponce quien lo habría bautizado como “cipote malcriado”, un regaño que se inmortalizó luego de una supuesta posición irreverente de Hernández en las sesiones legislativas de ese entonces.

Juan Orlando ha sido tolerante a los apodos que le han puesto sus adversarios políticos.

“Juan Fogón”, “Juan Tortilla”, pero hay apelativos que no acepta, como “dictadorzuelo”, que viene de los grupos radicales de izquierda.

Vida política

Juan Orlando Hernández ha sido secretario del Comité Central del Partido Nacional, mismo cargo que desempeñó en el Congreso en el período 2002-2006.

Actualmente es el presidente de esa institución política, igualmente es presidente del Congreso Nacional y candidato presidencial de su partido.

Desempeñándose como el número uno del Poder Legislativo, Hernández ha asumido varios riesgos políticos a su candidatura presidencial, sobre todo con la aprobación de leyes y decisiones controversiales como la destitución de tres magistrados de la Corte Suprema de Justicia por oponerse al polémico decreto de las “ciudades modelo”.

Hernández es impulsor de la Ley Fundamental de Educación, que es rechazada por la dirigencia magisterial, igualmente de la Policía Militar, que es cuestionada por la izquierda radical en este país.

“Voy a hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad de los hondureños”, ha sido una frase utilizada en su campaña política, expresión que han vinculado con su afán de ser el próximo presidente de Honduras.

El candidato

Como candidato oficialista, Hernández ha sido fuertemente cuestionado por sus adversarios, que lo acusan de abusar de los dineros del Estado para su campaña proselitista.

El más fuerte inquisidor ha sido el candidato del Partido Anticorrupción, Salvador Nasralla, que ha llegado a confesar que tiene miedo del control absoluto que posee el candidato oficialista Juan Orlando Hernández.

Nasralla condenó que Hernández, abusando de su poder, utiliza la imagen de las Fuerzas Armadas para promover una iniciativa que él asegura presentó primero, como lo es la Policía Militar.

Sin importar la crítica, Hernández se muestra tolerante a esas críticas y responde una vez más con su frase: “haré lo que tenga que hacer”.

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