Casi 48 horas después de que The Washington Post publicara un artículo donde señala a Honduras como la capital mundial del crimen, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa responde de manera oficial esa aseveración.
La Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que afirma que la actual administración tiene voluntad de “afrontar la situación (de inseguridad) con responsabilidad y con el decidido proceso de participación ciudadana, elemento vital de esta recuperación”.
Asimismo señala que todos en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa están “convencidos de concretar cada día nuestro mejor y mayor empeño en la búsqueda de soluciones viables y tangibles que permitan el fortalecimiento de la paz y seguridad interna”.
El diario, con sede en la capital estadounidense, hizo una radiografía de los altos índices de criminalidad y homicidios que afectan Honduras.
El análisis del medio de comunicación desglosa, con lujo de detalles, cómo los tentáculos del narcotráfico tienen una relación directa con la inseguridad no solo en el país, sino en toda la región centroamericana.
La Cancillería reconoce que en Honduras hay una “difícil situación de violencia... provocada en gran parte por el crimen organizado transnacional y el narcotráfico internacional; factores externos que han convertido nuestro país en un punto de transbordo de droga”.
Sin embargo, se afirma en el documento del gobierno hondureño, “se han efectuado avances tangibles en el allanamiento de laboratorios clandestinos, incautación de drogas por aire, tierra y mar”.
Adicionalmente se han aprobado “normativas especiales por parte del Soberano Congreso Nacional, la creación de la Comisión Técnica de Seguridad, el proceso de depuración de la Policía Nacional Preventiva y los positivos resultados desde noviembre de la reciente Operación Relámpago”.
También se ha pedido a la ONU conformar una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras, para combatir este y otros flagelos.
