Enamorados del poder y de si mismos

Las y los políticos que padecen de esta patología se consideran infalibles, omniscientes, omnipresentes, convencidos que no requieren de consejos y orientaciones por parte de los especialistas

  • Actualizado: 09 de agosto de 2025 a las 00:00

Las y los políticos que padecen de esta patología se consideran infalibles, omniscientes, omnipresentes, convencidos que no requieren de consejos y orientaciones por parte de los especialistas en temas específicos, seguros que son innecesarios y redundantes, por cuanto su sabiduría y conocimientos son superiores en cualesquier área del conocimiento.

Se rodean de aduladores y cortesanos (as) incondicionales, incapaces y temerosos de contradecirlos, aun sabiendo que están cometiendo yerros y tropelías que perjudican al país y sus habitantes. Forjan redes clientelares para el reparto de la riqueza pública, de manera proporcional y de manera decreciente, de acuerdo a los respaldos solicitados y recibidos: “doy y das”. Cuando la dura realidad se impone, contradiciendo sus discursos, encuentran chivos expiatorios a los cuales asignar culpa por lo actuado.

Si los hechos y cifras revelan una condición distinta a la imaginada y divulgada, atribuyen a la oposición el emprender campañas conspirativas para sabotear sus proyectos y cosmovisiones, negándose rotundamente a reconocer que no “vamos bien” ni en términos de bienestar social ni económico, tampoco en la seguridad de las personas y sus bienes, administración de justicia, lucha contra la corrupción e impunidad. Su pensamiento, obsesivo y dicotómico, se sintetiza en “nosotros contra ellos”, “amigos y enemigos”, “aliados y adversarios”, “todo o nada”.

El maniqueísmo implícito en tales percepciones impide cualquier intento de reconciliación y reunificación, profundizando el divisionismo socio- político, polarizando y enfrentando a hermano contra hermano en bandos antagónicos, priorizando la represión antes que la concertación, la imposición no el consenso El reduccionismo y determinismo ideológico impide enfoques integrales que posibilitan integrar causas con consecuencias, confirmando que poseen alto grado de dogmatismo ausente de la indispensable flexibilidad y realismo. Si eventualmente se percatan de sus errores, puede ser ya demasiado tarde para rectificaciones honrosas y necesarias.

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Redacción web
Redacción

Staff de EL HERALDO, medio de comunicación hondureño fundado en 1979.

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