La polarización política que marca los días previos a la elección general del 30 de noviembre podría pasarle factura al pueblo hondureño en el campo económico, alejando la inversión que tanto requiere el país para hacer frente a uno de los principales problemas que abaten a su población: el desempleo.
Así lo ha advertido el Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) en un pronunciamiento en el que advierten que en los últimos meses, el nivel de riesgo país ha mostrado señales de vulnerabilidad asociadas a un clima de incertidumbre política y electoral, la disfuncionalidad de los principales órganos del Estado y la erosión de los contrapesos democráticos que garantizan la gobernabilidad.
Advierten que la inoperatividad prolongada del Poder Legislativo, las tensiones en los organismos electorales y el debilitamiento de las instituciones de seguridad y justicia reflejan un proceso de desinstitucionalización acelerada, con repercusiones directas sobre la confianza pública y sobre el entorno macroeconómico nacional.
Han dejado claramente establecido que la incertidumbre en la conducción del Estado genera costos financieros adicionales, reduce el ambiente de inversión, limita el acceso al crédito externo y sigue comprometiendo la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones nacionales e internacionales de este año y del 2026.
Mensajes que deberían estar siendo escuchados por los dirigentes de la clase política, actores principales de una crisis innecesaria, si se ciñen al estricto cumplimiento de los mandatos constitucionales, la legislación electoral y, más importante, a garantizar un proceso electoral transparente, en el cual el electorado ejerza su derecho al voto y ese voto se respete, no importando a quien favorezca.