La presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Anabel Gallardo, se unió ayer a los llamados al diálogo como camino expedito para poner fin a la crisis en la que ha desembocado el Consejo Nacional Electoral (CNE) y continuar con el normal desarrollo del cronograma electoral.
Honduras necesita “diálogo” y “soluciones reales”, no disputas políticas para enfrentar los distintos problemas que afectan a la nación, dijo Gallardo, quien, además, expresó su apoyo a la iniciativa de las Iglesias Católica y Evangélica de marchar el 16 de agosto por la paz y la democracia.
Lo que no deja de preocupar es que la clase política, llamada a buscar salidas a la crisis en el CNE, sigue sin dar pasos en firme que lleven a los acuerdos requeridos, ya que “la renuncia condicionada” de la consejera Ana Paola Hall ha introducido un nuevo elemento al debate, sobre si es o no legal la figura.
Lo cierto es que mientras siguen tales debates, el tiempo corre y están por vencerse plazos importantes de procesos como el de la adjudicación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y otras actividades consideradas críticas relacionadas con el censo electoral, auditorías al padrón, verificación biométrica y otros procesos logísticos que requieren dirección institucional clara.
Tal y como lo ha establecido en los últimos días el Cohep, el respeto a la ley, la garantía del pluralismo político y la defensa de los procesos técnicos deben ser la guía para resolver la crítica situación que por ahora eleva los niveles de una crisis que no abona a la solución de los problemas que golpean a la población, a los de a pie, y más bien los profundiza, generando inestabilidad política.
Lo crucial en este momento es garantizar que el proceso electoral no tendrá retrasos y que el 30 de noviembre los hondureños irán a las urnas a elegir transparentemente a las nuevas autoridades del gobierno y que los resultados serán respetados.
