El ambiente político cada vez se expresa más caldeado debido a las mutuas acusaciones, amenazas, revanchismos que incitan al rencor, odio y divisionismo. Una visión dicotómica clasifica a unos como virtuosos y a otros como perversos, con resultados que polarizan en vez de unificar. Lo cierto es que, en mayor o menor grado, todos los involucrados en la actual campaña electoral, siendo seres humanos, poseen cualidades y defectos, aciertos y desaciertos. Será el electorado quien otorgue su respaldo o rechazo mediante el ejercicio del sufragio a todos y todas que se postulan a cargos de elección popular.
No olvidemos que la violencia es un virus altamente contagioso. Las distintas interpretaciones acerca de lo que es o no bueno y correcto pueden y deben ser debatidos públicamente, esgrimiendo argumentos racionales y lógicos, objetivos y verídicos, no con falsedades ni tergiversaciones deliberadas, tampoco con apelaciones a la violencia, chispa que provoca conflagraciones, segando vidas, dejando luto y destrucción.
Aprendamos a convivir en paz y armonía, descartando responder a la violencia con más violencia, al odio con más odio, buscando puntos coincidentes en los desacuerdos, sin ahondar los divisionismos, en un intento sincero por encontrar soluciones factibles y realistas a nuestros diversos males sociales, morales y económicos.
No olvidemos que, pese a las diferencias político-ideológicas, todos somos hondureños, conviviendo en un hogar compartido por nuestros antepasados, por nosotros y por las futuras generaciones.
Respetemos la dignidad de toda persona sin recurrir al insulto personal, la ofensa, el vituperio. Aprendamos a escuchar, principio de todo diálogo interactivo. Las prácticas violentas no se justifican en ningún momento y circunstancia, ni deben ser glorificadas. No permitamos ser instrumentalizados ni manipulados por aquellos(as) que tiran la piedra y esconden la mano, en búsqueda de su propio provecho personal. La paz y la reconciliación deben ser nuestra guía y propósito, con mutuo respeto y comprensión de las opiniones y puntos de vista distintos a los nuestros.