El escándalo de Sedesol sigue dando de qué hablar y ha orillado a la coordinación del partido Libre y a su candidata presidencial a solicitar la renuncia de la diputada Isis Cuéllar, quien se desempeña también como vicepresidenta del Congreso Nacional y coordinadora de campaña en el departamento de Copán.
También, el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, se vio obligado, la noche del martes, a realizar una comparecencia pública en la que justificó y defendió la entrega de fondos a los diputados, e hizo públicos, por primera vez, los listados de las subvenciones que en su administración han manejado, dijo, “diputados de todos los partidos políticos”, a los que señaló con nombre y apellido en listados que hizo circular entre los periodistas, con el objetivo, según él, “de que se conozca la verdad”, ya que en su opinión los datos develados hasta ahora “han sido falsificados o distorsionados”.
Aunque en ningún momento se refirió al impacto social que puedan tener las obras ejecutadas, el diputado presidente sí evidenció que las cantidades de dinero que los diputados gestionan son millonarias, y que si bien ellos no ejecutan los presupuestos asignados, tienen injerencia directa sobre qué obras ejecutar y a quién beneficiar con las mismas.
El escándalo de Sedesol ha evidenciado, además, la escasa cultura de la transparencia entre los funcionarios encargados de manejar los presupuestos públicos, levantando en casi todos los sectores la bandera de la opacidad, y la inacción de los órganos contralores del Estado encargados por ley, que tienen una labor fundamental en la vigilancia y fiscalización del uso de los recursos públicos y la conducta de los funcionarios.
Ahora toca esperar que las investigaciones de este escándalo no solo abarquen a los mencionados en el video. Todos los involucrados deben ser investigados y castigados, si resultan culpables. Esa es la aspiración popular.