Profecías

En el mundo de hoy, las predicciones se han reservado particularmente para identificar futuros fenómenos meteorológicos

  • 01 de noviembre de 2025 a las 00:00

Según el diccionario, PROFECÍAS son predicciones o revelaciones y según la Biblia, de inspiración divina que anuncian eventos futuros. Se dice también que el término profecía se utiliza para describir una conjetura de algo que puede pasar, de acuerdo con señales observables en el momento de hacerlas.

En el mundo de hoy, las predicciones se han reservado particularmente para identificar futuros fenómenos meteorológicos; por ejemplo, si va a llover, si va a haber inundaciones, huracanes, sequías y otras alteraciones como temblores, terremotos o tsunamis. Estas predicciones son muy útiles para efectos de la agricultura, del transporte aéreo, marítimo o terrestre y se hacen con el fin de alertar sobre daños potenciales y con la idea de que estos sean prevenidos o reducidos en sus efectos.

Las predicciones en el campo económico, tal como lo hacen las instituciones de gobierno u organismos multinacionales, predicen el desarrollo de las economías y ello con el fin de que los gobiernos mejoren, modifiquen o deroguen políticas que contribuyen o perjudican el desarrollo de los pueblos.

En el patio hondureño y particularmente en el campo político, las predicciones favorables no suelen cumplirse, por cuanto las condiciones propicias, son casi automáticamente alteradas por los políticos del patio con sus metidas de extremidades que se suceden prácticamente cada 24 horas. Las expectativas alentadoras en un momento dado son destruidas al surgir los eternos egoísmos, mediocridades, incompetencias, corrupciones y muchas veces perversidades de esas figuras y figurones incrustados en las entrañas de la administración pública y de ciertas instituciones políticas.

Honduras vive situaciones de profunda preocupación por la incertidumbre que cotidianamente provocan algunos personajes del gobierno y de la oposición política. El afán de perpetuarse en el poder para garantizar el enriquecimiento ilícito continuado de parientes, amigotes, correligionarios y demás rémoras que se alimentan de las mieles del poder, se vuelve enfermizo y, por otro lado, los desaciertos de opositores inconscientes que continúan arrastrando vicios electorales de otros tiempos lejanos desdeñando la Honduras de hoy.

Una de las predicciones que resultó ser sabia, fue la proferida por el difunto ex presidente de la República, Dr. Carlos Roberto Reina, cuando en un momento de desconsuelo advirtió, que, “Si cierto “muchacho” de la farándula política nacional y su grupo llegasen a tomar el gobierno, esto sería lo peor que le pasaría a uno de los partidos tradicionales y a Honduras”. Esta profecía se está cumpliendo más allá de la letra. Es un desastre la economía popular, la seguridad ciudadana, el empleo, la salud publica sin médicos, sin medicinas, sin equipamientos, sin edificios y lo peor, sin voluntad ni capacidad para presentar soluciones de efectos inmediatos. La burbuja artificial de una macroeconomía descollante solo es un artificio engaña bobos. La realidad cruda reflejada en el sufrimiento notorio del pueblo en todas las calles del país, no se puede negar por más billete que se suelte irresponsablemente en calidad mentirosa de “bonos climáticos”.

Presidente Reina, usted no se equivocó

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