Negociación en tiempos de crisis

En términos generales, la negociación como un proceso de arreglo de diferencias es compleja y no digamos cuando tiene que desarrollarse en el ámbito político

  • 24 de julio de 2025 a las 00:00

En términos generales, la negociación como un proceso de arreglo de diferencias es compleja y no digamos cuando tiene que desarrollarse en el ámbito político, donde lo que domina son los intereses partidistas fuertemente impregnados de sectarismo. La negociación combina elementos de la personalidad de los involucrados, aspectos psicológicos, sociales y culturales, así como factores del contexto que la motiva.

A través de una comunicación efectiva, honesta, y el establecimiento de lazos de confianza, las partes en disputa pueden alcanzar las soluciones que satisfagan a cada uno de sus intereses. No es aceptable que, en la era que vivimos, más informados, culturizados y educados, no puedan alcanzarse arreglos mutuamente aceptables. La crisis que sufre el Consejo Nacional Electoral (CNE) es el resultado de vacíos formativos e intolerancia político-ideológica de sus consejeros; seleccionaron el enfrentamiento destructivo sobre el diálogo comprensivo. No dudamos de la formación universitaria, posuniversitaria y del conocimiento de la ley por los consejeros; pero de lo que sí dudamos es de su dominio de las artes de la negociación que deberían haberlas aprendido en sus años universitarios o en la experiencia de vida y sus ejercicios profesionales. Estos consejeros milenials o cuasi milenials parece que desconocen la historia política de Honduras, lo que, consecuentemente, les impidió haber aprendido aquellas lecciones que les serían útiles para enfrentar los desafíos actuales y futuros.

En los años recientes no habíamos tenido una situación tan funesta como la que se cierne sobre el proceso electoral que se llevará a cabo en noviembre del presente año. El conflicto en el CNE se ha complicado con la ambigua y embrolladora “renuncia condicionada” de una asediada consejera, quien ha argumentado públicamente su posición profesional con la interpretación de la Constitución, la Ley Electoral y sus reglamentos, sobre la legalidad de realizar sesiones 2 a 0 en el CNE; justificación respetable, por tratarse de una abogada calificada que conoce bien su campo y las complejidades del derecho electoral y constitucional; los que no han dejado de ser sometidos a interpretaciones antojadizas y convenientes por personajes externos influyentes con profundos sesgos político-sectarios.

Pero lo más dañino de este enfrentamiento crítico de los consejeros es su entorno: políticos de oficio, opinadores multimedia, medios escarnecedores, pastores politizados, dirigentes bufones difamadores y calumniadores hábiles en la mentira palaciega, han agregado ingredientes venenosos a la disputa de los consejeros, complicando aún más sus contradicciones y las posibilidades de un entendimiento.No se puede excluir a las cúpulas partidistas, quienes están permitiendo que el conflicto llegue a niveles superlativos, diríamos que al “borde del precipicio”, para terminar interviniendo con “dame esto a cambio de aquello”, lo que no ha dejado de ser una práctica en la actual clase política bastante aldeana y de cascos ligeros.

Sin embargo, es la esperanza que mientras nuestros políticos envueltos en odios incendiarios sigan destrozándose, surja el sosiego que resuelva el nudo conflictivo favorablemente para el pueblo hondureño, cuyos intereses no son precisamente los que han estado en la conciencia de los enfrentados.

Los consejeros legalmente tienen independencia y pueden ampararse en ella para resolver el conflicto, haciendo uso del control de sus emociones, evitando personalizar, escuchar con atención al otro u otra, encontrar terreno común de entendimiento y evitar ser manipulados y sobre todo colocar el interés de país sobre las mezquindades humanas.

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