De acuerdo con el análisis efectuado por el grupo financiero BNP Paribas de México: “La actividad económica registrará una contracción de 0.3% este año y apenas conseguirá un avance de 0.2% para el 2026”.
Todo parece indicar que la cercanía de México a los Estados Unidos le está imponiendo una cuota de lento crecimiento al país azteca, propiciado por los aranceles comerciales y la renegociación en curso del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
“Será hasta que se concrete de manera formal la negociación del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, que los inversionistas contarán con suficientes elementos para tomar las decisiones que impulsarán un mejor desempeño, explicó la economista para México en la firma, Pamela Díaz Loubet”.
Según la economista Loubet, “la coyuntura económica actual es bastante compleja y está generando incertidumbre, pero a la vez abre oportunidades para que México redefina su política industrial de largo plazo”.
En una conferencia de prensa, la analista mencionada “identificó dos consecuencias positivas que se generaron a partir de la coyuntura arancelaria: la redefinición de la relación entre el gobierno y el sector privado y la segunda es cómo se ha acelerado la gestión de una política industrial en México”.
Lo anterior se ajusta a la idea de que cualquier crisis conlleva tanto amenazas como oportunidades, que a su vez coincide con el pensamiento que en materia económica no todo es malo o muy bueno como a veces se divulga.
De acuerdo con Pamela: “Se están generando espacios de diálogo mucho más estructurados que también buscan ser más sectoriales y productivos con la iniciativa privada, lo que ayudará a generar mecanismos para que esa inversión privada pueda mantenerse, elevarse y adaptarse a condiciones cambiantes como las generadas por el panorama arancelario”.
En Honduras hace falta generar esos espacios de diálogo entre el sector público y el privado, para que sea posible mejorar el clima de negocios, que en la actualidad anda por la calle de la amargura.
En el Consejo Económico y Social (CES) de Honduras, están representados tres importantes sectores: empresarios, trabajadores y gobierno; sin embargo, debido a que el CES es un organismo consultivo, sus decisiones no tienen la fuerza para lograr que el gobierno cambie de rumbo sus políticas erradas.
Aunque este año el CES está presidido conforme a un esquema rotativo por la empresa privada, debido a que el país vive un ambiente electoral signado por los intereses del partido gobernante, es bastante difícil que los empresarios puedan hacer prevalecer sus planteamientos, entre los cuales destacan las acciones conjuntas para crear empleo y la propuesta de reducir el Impuesto Sobre Ventas (ISV) del 15.0% al 12.0%, ya que el gobierno está muy necesitado de mayores ingresos fiscales, para seguir derrochando y financiando sus actividades clientelistas.
¡Ojalá que en el nuevo gobierno que se instalará a partir del 25 de enero del 2026, se les conceda mayor relevancia y atención a las propuestas del CES! Este organismo que fue creado mediante el Decreto PCM-016-2001 del 31 de octubre de 2001, pero que fue reglamentado formalmente a través del Decreto Legislativo No. 292-2013, mismo que se publicó en el diario oficial La Gaceta hasta el 29 de marzo del 2014, constituye una instancia importante de coordinación tripartita.
