La dependencia de Honduras de los Estados Unidos no solo es notoria, también resulta un problema, esta situación está causando estragos en el contexto nacional en dos vías; una, por la cantidad de personas que están retornando al país y el Estado no cuenta con las condiciones óptimas para garantizarles un digno estilo de vida, y dos, por la suspensión de la ayuda humanitaria de EE.UU. a Honduras, sumado a ello, todo lo que está sucediendo en torno a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).
Realmente, las condiciones de Honduras son bastante desfavorables y todo esto trae un panorama bastante sombrío para los próximos meses e, incluso, años. Debe haber un cambio del rumbo de país, Honduras debe priorizar resolver los problemas grandes que persisten en materia de empleo, inversión, seguridad, salud y educación. La mano productora, trabajadora, no debe dejar el país para darle de comer a sus familiares, deben trabajar en la nación que los vio nacer.
Sé que es trillado, pero debe crearse una política pública para atender los problemas antes descritos, donde todos los sectores, público, privado, organizaciones de sociedad civil, procuren llevar este barco a un puerto seguro. Sin embargo, no es solo criticando, no es solo descalificando, es proponiendo y construyendo.
No vemos a candidatos de elección popular hablar sobre esto. Es necesario trascender del debate peyorativo hacia el debate constructivo.
Mientras nuestros políticos se desgastan peleando por cuál de sus líderes es menos narco, nuestros compatriotas están exponiendo su dignidad, y hasta su seguridad, en el extranjero, y mientras nuestros políticos discuten que gobierno es mejor, si esté o el anterior, hay gente sufriendo extorsión, mujeres echando tortillas para llevar algo que comer, esperando que la provisión ajuste.
Esta crisis, que está apenas comenzando, podrá ser menos dañina si los hondureños estamos listos y unidos con un plan de emergencia nacional y una planificación estratégica de generación masiva de empleo.
Si bien, este es un año electoral, las deportaciones de nuestros compatriotas serán problema del próximo gobierno. A Honduras le urge ser más autosostenible cada vez, y menos dependiente económicamente de los EE. EU., es momento de atender los problemas nacionales con la seriedad que merecen.
