“Gerrymandering” y distribución de diputados (II)

Santa Bárbara debe pasar de 9 a 6 escaños. Mientras que a Choluteca y Valle les corresponde disminuir en 2 escaños”

  • Actualizado: 03 de septiembre de 2025 a las 00:00

Más allá de toda indiferencia o cinismo en los órganos electorales y políticos, seguiremos reclamando se rectifique, de acuerdo a ley, la cantidad de escaños de cada departamento respetando el cociente electoral y la representación proporcional ordenadas por la Constitución en los Artículos 46 y 202. No nos desanima que no nos hayan escuchado el reclamo durante 4 años cuando en 2029 se renombró al órgano electoral como CNE. Todos los que han ocupado el cargo son responsables directos de ese incumplimiento y de otros. Sin excusas. Además de la violación a los principios democráticos y la manipulación del poder, la asignación de cargos congresionales o de otro nivel, que no correspondan a las realidades demográficas del país, profundiza los desequilibrios regionales retrasando aún más el ineludible proceso de integración nacional. De nuevo, en el caso de Cortés, se irrespeta su condición de departamento más poblado y coincidentemente el mayor aportante al PIB aún sin estadísticas precisa. Otros casos de departamentos subrepresentados son Olancho, El Paraíso, Colón, Comayagua e Intibucá. Cada uno de ellos debe contar con un parlamentario adicional ajustando, obviamente, el número a otros departamentos. Como contraparte y de lógica, otros seis departamentos están sobrerrepresentados tomando en cuenta el actual número de 128 diputados. Santa Bárbara debe pasar de 9 a 6 escaños. Mientras que a Choluteca y Valle les corresponde disminuir en 2 escaños. Asimismo, Atlántida, Copán y Yoro deben ajustarse con un diputado menos. Eso es lo que corresponde de acuerdo al cociente electoral que resulta de una sencilla operación de dividir la población total entre 128 diputados fijado en el artículo 202 de la Constitución.

No importa a qué partidos políticos, corrientes internas, grupos ideológicos o económicos pueda favorecer o perjudicar. Debe hacerse el ajuste. Continuamos con la debilidad del Estado de derecho en Honduras, donde existen muchas leyes (unas diez mil, según cálculos personales) que no se cumplen o que son parte de la maraña utilizada para torcer sentencias y acciones judiciales.

Una distribución incorrecta de la cantidad de diputados se eslabona -entre otras deficiencias- con la pésima e ineficiente distribución del Presupuesto de la República. En esa lógica perversa, por ejemplo, el gasto público sigue sin atender las prioridades para producir todo lo que el país necesita para el consumo interno, generar suficientes empleos, arrastrándonos al desaprovechamiento de las oportunidades de mercado internacional. Además, forma parte del perverso sistema de desequilibrios y brechas sociales y económicas que mantienen al país clasificado por diferentes métodos estadísticos, como uno de los más desiguales del planeta.

La eventual posibilidad de que en Honduras a alguien en el futuro se le ocurra crear “distritos electorales”, debe ser vista con mucho cuidado porque sin verdadera institucionalidad, podría convertirse en una nueva forma de manipulación política en favor de las élites o mafias de la política, en contra del interés colectivo. No es porque el procedimiento o modelo sea malo per se, sino porque puede ser herramienta de grupúsculos influyentes para contaminar lo que implique avance, como ocurre aún en países más desarrollados, por ejemplo el “Gerrymander”.

La asignación correcta de diputados en realidad es algo sencillo, pero los irrespetuosos de los principios democráticos y violadores de la ley se esmeran en complicar las cosas para beneficiarse.

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