El sistema comunista tiene sus antecedentes en los escritos de Tomás Moro, quien escribió sobre una sociedad ideal en la que todos tuvieran lo necesario sin que hubiese clases paupérrimas y necesitadas. Sin embargo, hay algo en la naturaleza humana que no permite dicho planteamiento, pues todos queremos cosas de calidad y el hombre favorece la acumulación de objetos sin ver que algún día moriremos y alguien más se verá favorecido, ojalá nuestros descendientes. Según Wikipedia “Utopía es una comunidad pacífica, una sociedad ideal que establece la propiedad común de los bienes, en contraste con el sistema de propiedad privada y la relación conflictiva entre las sociedades europeas contemporáneas a Moro”.
Sin embargo, y luego de haber estudiado un poquito el derecho y la naturaleza humana me convenzo más que el hombre es egoísta por naturaleza y quiere las mejores cosas para sí mismo. Además, la Utopía de Moro plantea que todos tengamos casitas estándar con una puerta de entrada y una de salida de tal manera que las casas sean intercambiables por sorteo una vez al año de tal manera que nadie tenga la propiedad privada de dichas casitas. En el mundo real los seres humanos queremos tener lo mejor que el dinero pueda comprar y la propiedad escriturada sobre dichos bienes. De allí la importancia de la seguridad jurídica que todo empresario con dos dedos de frente busca al realizar inversiones en un país.
Creo francamente en nuestro sistema de leyes con sus pesos y contrapesos entre los poderes del Estado; la inviolabilidad de la vida, la libertad religiosa, la propiedad privada y todo el engranaje de leyes que regulan nuestra existencia es la mejor manera de convivencia posible. Los romanos casi llegaron a gobernar el mundo conocido en aquella época con la perfección que alcanzó su sistema de leyes, que es estudiado en la asignatura de Derecho Romano en las diversas facultades de Iberoamérica.
Y cito al maestro Francisco Porrúa Pérez, quien al referirse a las organizaciones políticas totalitarias dice: “La crítica más clara a la doctrina marxista, que ha pretendido llevar a la práctica la organización política comunista, ha sido el fracaso de esta para llevar a efecto los postulados de esa doctrina. La pretendida dictadura transitoria del proletariado se ha convertido en una tiranía permanente de los dirigentes del Estado. Los medios de producción pasaron de los particulares al poder del Estado, cuyo gobierno se convirtió en un empresario gigantesco”. “Se ha suprimido la clase capitalista, pero no las clases en la sociedad. En su lugar se creó la burocracia opresora y policiaca y se rebajó la dignidad y la libertad del hombre, hasta convertirlo en una simple ruedecilla, susceptible de ser eliminada en cualquier momento de manera arbitraria, del inmenso mecanismo del Estado”.
Yo, en lo personal, sueño con un sistema de salud que mediante una mínima aportación permita que sus afiliados recurran a consulta para ser evaluados y si el caso lo amerita tratados lo mismo que en los hospitales carísimos, y que haya escuelas que por una pequeña cuota permitan a sus estudiantes cursar sus estudios con la mejor educación posible. Es un sueño, lo sé, pero soñar está permitido. En conclusión, la teoría marxista debe ser estudiada y comprendida por sociólogos, abogados, economista y similares, pero así, estrictamente, como lo planteaba Tomás Moro y Carlos Marx, no es viable