El español de Honduras en Navidad

"El ambiente navideño se comienza a fraguar en las oficinas y familias con el intercambio de regalos, que para nosotros los hondureños se llama ‘cuchumbo’"

  • 09 de diciembre de 2025 a las 00:00

La Navidad no es igual en todas partes, o quizá sea más preciso decir que la Navidad no es igual en ningún lado. Eso se refleja en las tradiciones y, colateralmente, en la lengua. Hoy les quiero comentar algunas particularidades del español de Honduras para estas fiestas de Navidad y Año Nuevo. El ambiente navideño se comienza a fraguar en las oficinas y familias con el intercambio de regalos, que para nosotros los hondureños se llama “cuchumbo”. Esta palabra tiene una historia curiosa.

En 1985, Alberto Membreño la registró como “juego de dados” en su diccionario “Hondureñismos”, sin embargo, también se da testimonio de que es un recipiente, probablemente en el que se jugaban los dados. Es factible que el recipiente le haya dado nombre al juego y el juego, por ser un sorteo, a la actividad de rifar el destinatario de nuestros regalos. Entre personas mayores, y tal vez algunos jóvenes, yo he escuchado “amigo secreto”.

Y hablando de personas mayores, yo recuerdo que mi abuela prefería decir “San Nicolás” en lugar de la elipsis “Santa” (creo que nunca escuché que lo dijera así), que se usa con más frecuencia ahora. Incluso tengo el vago recuerdo que le decía “Colacho”, probable hipocorístico de Nicolás. También hay formas de pronunciar algunas palabras de esta temporada que son muy propias. Cambiamos la forma original “cohete” por “cuete”, igualmente “torreja” por “torrija” y el “rompopo” tiene una variante: “rompope”. Y a propósito de la pólvora (usual y justificadamente prohibida), los explosivos más potentes tienen nombres curiosísimos, yo he escuchado: “tumbacasas” y “matasuegras” (así como los lee). A mí siempre me llamó muchísimo la atención el nombre “chispas” o “chispitas del diablo”.

En Honduras todos y todas sabemos a lo que nos referimos cuando decimos “estrenos”, que es una especie de elipsis que se da de lo que sería originalmente “ropa de estreno”. Con el creciente negocio de la importada ropa usada queda la duda si “estreno” se aplica exclusivamente a la ropa que es literalmente nueva o se le puede aplicar a aquella que una persona se pone por primera vez, aunque esa ropa haya tenido otro dueño o dueña, ¿qué dicen? También hacemos otras elipsis como “el abrazo” que abrevia “el abrazo de Navidad y Año Nuevo”.

En cuanto al nombre de las festividades lo más corriente es decir “el veinticuatro” y “el treintaiuno” (así, sin mes), muy poco, aunque cada vez con un poco más de frecuencia, se usan las universales “nochebuena” y “nochevieja”. También lo normal es decir que la Navidad es el 24 de diciembre y no el 25, ese día se nombra “el veinticinco”, también a secas.

Es una costumbre que algunas personas que ejercen algunos oficios pidan “las pascuas”, siempre con el determinante “las” y siempre en plural. Se refieren a una pequeña aportación económica, probablemente en recompensa a todo un año de trabajo. El determinante “las” se puede cambiar por los adjetivos posesivos “mis”, “tus” o “sus” (perdón por los términos gramaticales, son necesarios). Las personas mayores llamaban de esa manera a los regalos navideños. Por supuesto que hay que hablar del “chompe” y su variante “chumpe” o “chompipe” y su variante “chumpipe” (amo esta simetría). Como última acotación debería decir que las frases “tener el tamal hecho” que se refiere a un plan maliciosamente urdido y “tratar como año viejo” que se refiere a actuar con desprecio, aunque se usan en cualquier momento del año refieren a estas fiestas.

Josué R. Álvarez
Josué R. Álvarez
Escritor y docente

Autor de “Guillermo, el niño que hablaba con el mar”, “Instrucciones para un taxidermista” y “De la estirpe del cacao”. Ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Concurso de Cuentos Cortos Inéditos “Rafael Heliodoro Valle” y el Premio Nacional de Poesía Los Confines.

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