Las tensiones en el contexto socio político no cesan, ni van a cesar. ¿Con qué saldrán quienes gobiernan y tratan de quedarse en el poder a la fuerza? Estar alertas se nos hizo crónico. Es donde el Barómetro del COHEP resulta herramienta de gran importancia para conocer la percepción ciudadana sobre la realidad nacional. ¿Hacia dónde va Honduras?, ¿Cuál es el grado de satisfacción o descontento que produce el rumbo en que nos llevan en materias como economía, servicios públicos, seguridad o gobernabilidad?.
La presente coyuntura nacional se caracteriza por un distanciamiento creciente entre el gobierno y la ciudadanía. Mantienen amenazadas las libertades públicas, en específico, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, la libertad de culto y la libertad de religión, entre otras.
En adición a la negligencia y corrupción evidenciadas en el manejo de la cosa pública. El sondeo de opinión del gremio empresarial resulta pertinente, quizás nuestros gobernantes ignoran lo que son las preocupaciones de la ciudadanía. Pues ya lo saben. ¿Harán caso? La información del Barómetro, generado en metodología científica, debiera servirles de guía para que a pocos meses de ser sustituidos en el poder de la nación, procuren tomar decisiones más eficaces y motivar un debate público informado.
Es en este escenario por días más de zozobra que otros, en el que la oposición convoca manifestaciones cívicas, sean marchas, caminatas, plantones o vigilias, las que surgen como expresión legítima del pueblo. Son pacíficas y son señales del compromiso patriótico con el futuro de nuestra nación.
El Barómetro refleja la desconfianza, la insatisfacción y las calles son los espacios propios para expresarlas y demandar los cambios necesarios, así como para la defensa de la democracia agraviada. El Barómetro y las movilizaciones cívicas ya son locuciones de demócratas beligerantes. El Barómetro advierte, las manifestaciones reclaman. Todos accionamos por una democracia justa y representativa.