Algo muy grave está pasando en Estados Unidos

"La última manifestación popular llevada a cabo en las calles de las principales ciudades de Estados Unidos el sábado 18 de octubre fue multitudinaria"

  • 23 de octubre de 2025 a las 00:00

La frase “algo muy grave está pasando en Estados Unidos” ha estado en la mente de millones de ciudadanos norteamericanos en los últimos meses, expresando con ello la preocupación acerca del futuro de la nación que por muchos años se había erigido −por voluntad propia− como ejemplo de democracia en el mundo.

La última manifestación popular llevada a cabo en las calles de las principales ciudades de Estados Unidos el sábado 18 de octubre fue multitudinaria, se calcula que participaron ocho millones de personas. La principal consigna de la protesta fue la defensa de la Constitución. “Democracia, no monarquía” y la “Defensa de la Constitución no es opcional”.

Más allá de las críticas que se pueda formular a los líderes estadounidenses, sobre todo por su intervencionismo en política exterior, no se puede negar que, en el respeto a la Constitución han sido constantes; cuestión que, con Donald Trump, eso está pasando a la historia.

El general Mark Milley, exjefe del Estado Mayor Conjunto (2019-2023), cuando Donald Trump ordenó el ataque al Capitolio, sede del Senado, en medio de la tensión política que ese hecho generó, envió un mensaje a la nación diciendo que: “No juramos ante un rey o una reina, ni ante un tirano o un dictador. Y no juramos ante un aspirante a dictador. Juramos ante la Constitución y estamos dispuestos a morir para protegerla”. Este ha sido el mensaje que ha resonado en estos días. Según algunos analistas, este es también el pensamiento de la mayoría de los oficiales de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Lo anterior es ratificado por el descontento en las filas castrenses en rechazo a las operaciones militares en el mar Caribe y que se apunta como una operación en contra de Venezuela.

El jefe de operaciones militares de Estados Unidos en Centro y Sudamérica, el almirante Alvin Holsey, renunció del cargo en menos de un año de su toma de posesión. Desde principios de septiembre, las fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos han atacado a unas seis embarcaciones frente a las costas venezolanas que, según el gobierno de Trump, transportaban drogas, operaciones en las cuales han muerto unas 27 personas. Lo raro es que la mayoría de esas muertes se han provocado sin haber investigado su origen y destino y que, al habérselas hundido en aguas profundas del mar tampoco se pudo investigar la naturaleza de la carga que transportaban.

Los entendidos en materia legal e investigación señalan que lo que debió hacerse es capturar a la tripulación y hacer las averiguaciones correspondientes. El no haberlo hecho genera más dudas en la operación militar aludida.

La crisis que vive Estados Unidos es una crisis multifacética. La gravedad de su situación afecta no solo a sus ciudadanos, también afecta a toda la comunidad internacional. Muchos temas requieren un diálogo interno y con otras naciones, especialmente con algunos organismos internacionales, pero nada de esto se puede hacer con un liderazgo político que actúa bajo la percepción de gran potencia y con la capacidad de imponer su voluntad, más allá del respeto a las normas de coexistencia pacífica.

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