Alerta América: “hay que cuidar la libertad”

En el primer cuarto de siglo, ha sido peligrosamente marcado y sensible el deterioro de la libertad de expresión en América, aunque también en otras partes del mundo

  • 17 de octubre de 2025 a las 13:36

Por estos días se debate en Punta Cana, Republica Dominicana, la situación de libertad de prensa y de expresión en las Américas, con voces experimentadas e informes de cada uno de los países, con un panorama en el que se refleja una tendencia de muchos gobiernos para silenciar a los periodistas y, así, mantener bajo engaño a sus pueblos, entre otros peligros latentes, como la desinformación y la propia inteligencia artificial, que irrumpe con ventajas y amenazas.

Todo esto ocurre durante la 81ª. Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) –creada antes que la ONU–, con el fin de velar por el respeto irrestricto a la libertad de prensa, como garantía para la existencia de las demás libertades individuales y colectivas para fortalecer los principios democráticos.

Entre los últimos años del siglo XX y la primera década del siglo XXI, tuve el honor de participar en numerosas misiones de la SIP para defender la libertad de prensa en Estados Unidos, México, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, y Chile. Aunque se reportaban todo tipo de atentados contra la prensa, el que causaba la mayor preocupación era el asesinato de periodistas, por la violencia y sus implicaciones.

Con el paso del tiempo, la tendencia en los ataques contra periodistas y medios han ido evolucionando y, aunque siguen asesinando a colegas en muchos países, los casos son más aislados, porque la forma de reprimir a la prensa se ha “modernizado”, y ahora se utiliza el desprestigio, la amenaza y la persecución judicial, todo escondido bajo la fachada de gobierno “democráticos”, pero irrespetuosos de sus principios.

El discurso en la inauguración de esta Asamblea del presidente dominicano Luis Abinader, resultó esperanzador y una especie de “baño de rosas” en medio de tantas noticias preocupantes y hasta desalentadoras. “Un gobierno que teme a la prensa, teme a la verdad”, dijo el mandatario, quien efectivamente ha sido un respetuoso defensor de la libertad de expresión desde que asumió el cargo en 2020. Luego añadió otra frase contundente: “Sin prensa libre, no hay transparencia, no hay confianza; y sin confianza, la democracia se desvanece”.

Más claro, ¡imposible!

En este tipo de encuentros, han sido blanco de críticas durante décadas los regímenes autoritarios y dictatoriales de los hermanos Castro y Díaz Canel (Cuba), Chávez y Maduro (Venezuela), Correa (Ecuador), Morales (Bolivia), Pinochet (Chile) y Fujimori (Perú), entre otros, pero ahora se suman dos gobernantes “democráticos” que han tomado el camino equivocado de ver a la prensa como el enemigo: Nayib Bukele y, nada menos, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, un país que ha sido considerado faro para el periodismo independiente en las América.

Por eso no extrañó la cita del presidente de la SIP, José Roberto Dutriz, quien expresó que, en Estados Unidos, “la embestida del Gobierno contra medios y periodistas, la utilización de demandas judiciales como instrumento de hostigamiento y las amenazas a licencias de radiodifusión han puesto de manifiesto una peligrosa situación. No se trata solo de ataques a periódicos o cadenas televisivas; se trata de un debilitamiento del sistema democrático más influyente de nuestro hemisferio... Y, lo que ocurre en Washington, no nos engañemos, repercute en toda América".

Abinader y Dutriz, dos voces autorizadas para recordar al hemisferio que, cuidar y respetar a la prensa libre no se trata de un privilegio, se trata de un esfuerzo por mantener la democracia. Cuando se respeta la libertad de expresión, se respeta el derecho de los pueblos a recibir información, se respetan las demás libertades consignadas –seguramente– en las constituciones de todos los países libres de América.

Son muchos los presidentes que hablan bien de la libertad de prensa, pero a la primera critica sus palabras cambian, sus actitudes positivas se desvanecen y la tensión brota.

Ahora matan menos periodistas, pero se ha perfeccionado la persecución judicial y criminalización para perseguirlos y acosarlos. La cárcel o el exilio es el camino que muchos colegas han tenido que sufrir.

También estuvo presente en las palabras de Dutriz el caso que quizás sea el más paradigmático en este momento, el del periodista José Rubén Zamora Marroquín, preso en Guatemala desde hace más de tres años, sin que hasta el momento le hayan probado los delitos de los que se le acusa. Sigue esperando su juicio en un entramado judicial diseñado por un Ministerio Público para que el caso no avance y él continúe en un pequeño calabozo, alejado de su familia, a la que también persigue la fiscalía.

Cierro con otra frase del presidente Abinader: “Una sociedad democrática y madura no teme al debate; no silencia la diferencia, la escucha; no censura la crítica, la transforma en oportunidad de mejora”. Con madurez así, la democracia florece, los pueblos gozan de mayores libertades y derechos.

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