Recientemente, hice un recorrido por varios sectores de la capital, Tegucigalpa y Comayagüela, y quede de verdad impresionada por la cantidad de basura que se acumula en calles y avenidas de la ciudad.
En ese momento, estaba acompañando a una pariente que tenía más de 20 años de no vivir en Honduras y a su regreso quiso ir al centro histórico, a los mercados de Comayagüela y a otros sitios históricos, como el parque La Concordia.
Ambas, mi pariente y yo, quedamos impresionadas de lo sucio que está una gran parte del centro de Tegucigalpa, incluso, de como están destruyendo las obras que recién construyó el actual alcalde en la avenida Cervantes. Da impotencia ver como poco a poco han ido desapareciendo los tubos que se instalaron para delimitar los pasos peatonales y obstaculizar el parqueo de vehículos.
En Comayagüela, la situación es más crítica. Hay basura acumulada por todos lados, parece que la costumbre es que todo lo tiramos a la calle. ¿Y el tráfico? Infernal.La verdad que da miedo caminar por esas calles.
Otro problema es que los ríos y las quebradas que cruzan la ciudad son usados como basureros. Pero también hay problemas similares en colonias como la Kennedy, la Miraflores y el Hato de En medio, donde la situación es crítica. Hay basura por todos lados, pareciera que no cuentan con el servicio de tres de aseo.
Se requiere de una amplia y permanente campaña de educación sobre el manejo correcto de la basura y las consecuencias de no hacerlo bien, tanto para la ciudadanía como para el medio ambiente.
Tegucigalpa y Comayagüela tienen sitios bonitos, que podrían ser explotados por el turismo, pero así como están las cosas, yo no recomendaría a nadie a dar un paseo en esos lugares, en los que tampoco encuentra un agente de la Policía que vigile el orden que debería prevalecer.