Cuando hablamos del modernismo en Honduras, la mayoría piensa en poesía, simbolismo, y en la figura indiscutible de Juan Ramón Molina. Pero lo que pocos mencionan es que el modernismo también dejó una huella importante en el periodismo hondureño: una etapa en que la prensa fue más que un medio informativo; fue un vehículo estético, cultural y profundamente literario.
A finales del siglo XIX y principios del XX, mientras América Latina vivía una transformación literaria bajo el influjo del modernismo, en Honduras emergían escritores que también trabajaban como periodistas.
Juan Ramón Molina, Froylán Turcios, y más tarde Rafael Heliodoro Valle, fueron figuras que hicieron del periodismo no solo una plataforma de ideas políticas, sino también de creación literaria. Juan Ramón Molina, considerado uno de los más grandes poetas hondureños, colaboró en periódicos como El Cronista y Revista Azul (esta última en México, bajo la influencia de Rubén Darío). Aunque su obra más conocida es poética, sus escritos periodísticos ya dejaban entrever el estilo ornamentado y reflexivo del modernismo.
Froylán Turcios, por su parte, fue un verdadero puente entre el mundo literario y el político. Fundó periódicos como El Tiempo y Revista Ariel, donde publicó crónicas, ensayos y artículos en los que el lenguaje, la crítica cultural y el pensamiento modernista se entrelazaban. Su estilo era elegante, profundamente nacionalista y comprometido con las letras y la libertad.
Más adelante, Rafael Heliodoro Valle, desde sus múltiples colaboraciones en América Latina y Estados Unidos, llevó la voz hondureña al escenario continental, siempre con un tono culto, literario y modernista. Aunque su papel fue más historiográfico y ensayístico, su lenguaje mantenía esa musicalidad y profundidad que heredó del modernismo.