Faltando unos meses para las elecciones, las encuestas a favor de los candidatos a la presidencia dan a cada uno resultados para estar en la cima. También los medios de comunicación están sacando, como se dice de manera popular, “los trapos al sol” de los candidatos de oposición, todos tienen actos de corrupción, pero también miles de seguidores.
En segundo lugar, en un país en donde los que ven noticias son muchísimos, pero muy pocos los que leen, es muy fácil dividir a una población y el ambiente se puede percibir cargado de aquellos que están haciendo un llamado de ambos bandos para tomar las armas, olvidando que en una guerra son muy pocos los que ganan. Es increíble cómo la oposición tilda al gobierno actual de corrupción, que sin duda la hay, cuando ellos durante más de una década hicieron lo mismo en su máxima potencia.
El poder corrompe a cualquiera, unos se cambian de bando y lo que antes era malo ahora no, otros siguen líderes y traicionan a sus partidos y en los medios vemos cómo los hondureños están cada vez más unos contra otros. Es posible que pueda haber una guerra civil, es posible que no haya elecciones y muy probable que si la crisis se agudice quedemos como Haití, un país donde no hay leyes.
Los medios están fabricando noticias con posturas marcadas, por ejemplo, mientras para unos es bueno que las iglesias marchen a favor de la democracia, para otros, estas, cuando se dio la reelección del expresidente, no dijeron nada. Muy paradójico.
Es decir, gracias al bombardeo masivo de los medios, la gran mayoría de los políticos se siguen vendiendo como los héroes de la patria, los que pueden rescatar el país, y gracias a eso, también se crean cortinas en donde entre ellos se tildan de corruptos, pero al hondureño todo se le olvida rápido.
Cada hondureño debería de analizar los perfiles de los políticos, porque si nos dejamos llevar por las encuestas de cada uno, entonces parecerá que se robaron las elecciones, pues todos se declaran ganadores.