En el año electoral

Hoy en día con la IA hasta doblan la voz de las personas con asombrosa precisión y no importa quién es, si es figura pública o no lo es

  • Actualizado: 27 de octubre de 2025 a las 00:00

Cada cuatro años que vamos a elecciones, lamentablemente en nuestro país se hacen campañas sucias dirigidas a personas naturales o instituciones. Es un vicio que “adoptamos” desde que volvimos a la vida democrática. En esta situación se pelean hermanos, padres e hijos, vecinos y hasta amigos o amigas que te apuñalan por la espalda. Unos lo hacen por dinero, es decir, que alguien les paga para que ataquen a los de la oposición, otros por “convicciones políticas” y por su puesto están aquellos y aquellas que están mal de la cabeza. Antes se escribían libelos y circulaba en el país un periódico, El Tornillo Sin Fin, que era más o menos el equivalente a lo que nuestro cardenal Rodríguez califica ahora en tiempos del internet en “letrinas públicas”.

Nadie está seguro: jaquean teléfonos y mandan mensajes a su nombre, abren cuentas con el nombre de otro y, por supuesto, se hace con la intención de que las personas no opinen sobre x o y candidato(a) o partido político. Cuántas veces no hemos visto mensajes de amigos y amigas en Facebook advirtiendo que “ese mensaje no lo envié yo o si les envían solicitud a nombre mío no la acepten”, en fin, eso le puede pasar a cualquiera, pero en especial a los que participan de forma directa o indirecta en las campañas políticas. Yo crecí en ese ambiente de ataques a mi padre, Rigoberto Espinal Irías, cuando fue juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos le intervinieron el teléfono, quisieron poner una bomba en su vehículo en el garaje de la casa que mi hermano mayor evitó, pues alertó a mis padres de la situación.

Hoy en día con la IA hasta doblan la voz de las personas con asombrosa precisión y no importa quién es, si es figura pública o no lo es. Los ataques por diferentes motivos son parte de nuestra vida en sociedad, yo escribo desde 1989 y siempre uso mi nombre y nunca un seudónimo o anónimo. Los ataques se contestan dependiendo de donde provienen. En mi vida he tenido y tengo buenos ángeles y consejeros. Hay personas y ataques que mejor hay que ignorar totalmente, para no caer en su juego sucio.

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