Pon al lobo a redactar la ley y verás que devorar ovejas no es un delito. Los buenos gobiernos no son los que usan los impuestos de los trabajadores para dárselos a los flojos, sino los que crean condiciones para que todos tengan trabajo. No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencia de justicia. La democracia debe ser algo más que dos lobos y una oveja votando qué van a comer. El gobierno es como el órgano digestivo de un bebé: mucho apetito en el extremo y ninguna responsabilidad en el otro. Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado. Un pueblo ignorante suele elegir un gobierno ignorante.
Antiguamente, los carteles en las calles con rostros de criminales ofrecían recompensas... hoy en día piden votos. Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto. Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos fundamentales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento.
Una nación está en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona más importante de su país. Donde no hay justicia es peligroso tener razón, ya que los ignorantes y atrevidos son mayoría... y hasta pueden elegir. El poder no cambia a las personas. Sólo revela lo que verdaderamente son. Todo político aspira a convertirse en Mickey Mouse: ser tan encantador que la gente se olvide que es una rata. Necesitamos un gobierno que luche contra la pobreza, no contra los pobres. No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón, es tu voto el que hace a un ladrón convertirse en político. Y entonces Pilatos preguntó a la multitud: ¿A quién suelto? El pueblo clamaba: ¡A Barrabás, el ladrón! Y tras más de 2000 años, el pueblo sigue eligiendo a los ladrones.