Por Katherine Kornei/ The New York Times
Pequeñas granjas familiares salpican la costa sur de Tongatapu, la isla más grande de Tonga en el Pacífico Sur. Pero entre las plantas de yuca y plátano yace algo que no pertenece allí: una roca blanquecina de un tamaño asombroso.
La roca, que ocupa un lugar destacado en la mitología tongana, fue analizada recientemente por científicos. Nuevos resultados sugieren que el objeto fue transportado tierra adentro hace miles de años cuando las olas de un tsunami alcanzaron un acantilado de 36 metros. Ese evento podría haber sido provocado por un terremoto en la cercana Fosa Tonga-Kermadec, reportó el equipo en la revista Marine Geology.
Rocas aparentemente fuera de lugar se ubican en regiones costeras de todo el mundo. Desde Japón hasta las Bahamas, los científicos han avistado rocas enormes que simplemente no parecen encajar con su entorno. Los investigadores creen que estas rocas fueron transportadas por agua en movimiento, y las poderosas olas de los tsunamis suelen ser apuntadas como las culpables.
En julio, investigadores viajaron a Tongatapu para analizar varias rocas costeras. El último día de su trabajo de campo, el equipo recibió una pista inesperada de un grupo de agricultores tonganos: una roca, mucho más grande que las que estudiaban, yacía cerca, en tierras de cultivo de la familia Teisina.
Esa roca resultó ser algo monumental, aproximadamente del tamaño de una casa de dos pisos. “Era irreal”, dijo Martin Köhler, geocientífico en la Universidad de Queensland, en Australia, quien dirigió la investigación. La roca, hecha de caliza, también estaba casi completamente oculta por la vegetación.
“Parecía una colina”, dijo Mafoa Penisoni, sismólogo en los Servicios Geológicos de Tonga, en Nuku’alofa, la capital del País, quien acompañó a los investigadores.
Köhler y sus colaboradores inspeccionaron la roca, conocida localmente como Maka Lahi o “Gran Roca”. El equipo calculó que pesaba más de mil 200 toneladas. Es sorprendente encontrar una roca tan grande transportada por un tsunami, dijo Ricardo Ramalho, geólogo en la Universidad de Cardiff, en Gales, quien no participó en el estudio. “Las rocas de este tamaño son raras”, dijo.
Maka Lahi se encuentra a unos 200 metros tierra adentro y está asentada sobre un acantilado de piedra caliza de 12 pisos. Como no hay nada más alto alrededor, la roca debió haberse desprendido del borde del acantilado por una o más olas enormes, conjeturó el equipo.
El equipo halló que se necesitarían olas de al menos 50 metros de altura para desprender la roca del borde del acantilado y hacerla rodar o deslizarse hasta su lugar de descanso final.
Köhler y su equipo estimaron que las enormes olas que transportaron Maka Lahi azotaron el lugar hace unos 7 mil años.
“Es más antiguo que la ocupación humana de Tonga”, afirmó Köhler.
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