Por Jenny Gross/ The New York Times
WATERLOO, Bélgica — En un campo cerca de Waterloo, un recreador de Napoleón, montado en un caballo blanco, daba órdenes a cientos de personas en uniforme militar. “¡Viva el Emperador!”, gritaban.
Con un bicornio negro, lucía como el verdadero Napoleón, compartiendo su estatura de 1.68 metros, nariz aguileña y ojos azul grisáceo claro.
Pero no era francés. Era estadounidense, con un acento francés “bastante horrendo”, dijo Arnaud Springuel, organizador de la recreación anual de la batalla.
“Para mí, no es un problema”, dijo Springuel. “Pero el público no espera eso de Napoleón”.
Para el aniversario 210 de la Batalla de Waterloo, los organizadores realizaron su mayor recreación en una década, con 2 mil 200 actores reviviendo la batalla ante 17 mil espectadores el mes pasado.
Mark Schneider, historiador y actor profesional nacido en Nueva York y residente en Virginia, consiguió el papel por encima de otros aspirantes a Napoleón, incluyendo algunos de Bélgica e Italia, en parte debido a su inigualable capacidad para imponer respeto en el campo de batalla, dijeron varios organizadores.
“Aunque han pasado más de 200 años, me consideran su Napoleón, y yo los considero mi Grande Armée”, dijo Schneider.
Schneider, de 55 años, añadió que el propio Napoleón, nacido en Córcega, hablaba francés con acento italiano (sobre todo al estar enojado), así que “es muy propio de Napoleón hablar francés con acento”.
Muchos de los papeles de los recreadores correspondían a sus nacionalidades: alemanes y polacos conformaron los batallones prusianos, los británicos pelearon del lado británico y los franceses con el bando francés. Pero hubo excepciones: recreadores portugueses estudiaron frases en holandés para poder seguir a su unidad holandesa, checos pelearon con los franceses, y algunos españoles e italianos pelearon en un batallón escocés con faldas escocesas.
El 29 de junio, los recreadores y 100 caballos escenificaron la batalla, que duró unas 10 horas en la vida real, en 90 minutos.
Al momento de la batalla de 1815, el verdadero Napoleón Bonaparte, de 45 años, acababa de abandonar su exilio en Elba y había regresado al poder. En Waterloo el 18 de junio, se enfrentó a una coalición de ejércitos europeos, liderada por el duque británico de Wellington y el mariscal prusiano Gebhard Leberecht von Blücher. Más de 60 mil hombres murieron, resultaron heridos o fueron capturados. La batalla puso fin al reinado de Napoleón y a la aspiración francesa de dominar Europa.
Dos días antes del evento, Michael Haynes, quien interpretó a un General británico, pronunció un discurso ante cientos de recreadores.
“Vamos a recordarle al mundo cómo ese tirano fue detenido y derrocado”, dijo sobre Napoleón durante su discurso. “Exhortaremos a Europa y al mundo a creer que hay esperanza frente a la opresión”.
Tras su actuación broche de oro en Waterloo, Schneider planea darle una oportunidad a un nuevo Napoleón.
“Hay un montón de Napoleones surgiendo en todas partes”, dijo. “Quiero darles una oportunidad. Ya sea el Napoleón polaco, el Napoleón holandés o el belga”.
O tal vez, algún día, Napoleón vuelva a ser francés.
© 2025 The New York Times Company