Ulbricht, indultado, regresa triunfal a la era cripto y a la órbita de Trump

Tras su indulto impulsado por Trump, el creador de Silk Road recorre una gira de conferencias, aceptando donaciones en criptomonedas y preparando sus memorias

  • 05 de octubre de 2025 a las 16:32
Ulbricht, indultado, regresa triunfal a la era cripto y a la órbita de Trump

Por Ryan Mac y David Yaffe-Bellany / The New York Times

En mayo, Ross Ulbricht entró con paso firme a un salón de banquetes dorado en el Venetian Resort de Las Vegas, sede de una de las convenciones de criptomonedas más grandes del mundo.

Docenas de entusiastas de las criptomonedas se pusieron de pie para aplaudir y gritar su nombre. Ulbricht se sentó junto a varios de sus mayores partidarios, quienes habían pagado 5 mil dólares cada uno para comer con él en un almuerzo anunciado como una celebración de retorno “personal”.

“He estado en un mundo ajeno durante mucho tiempo”, dijo Ulbricht, de 41 años, al apagarse los aplausos. “Ahora este mundo me resulta ajeno”.

Cuatro meses antes, Ulbricht había sido liberado de una prisión de alta seguridad en Tucson, Arizona. Como creador de Silk Road, un mercado de la dark web que utilizaba Bitcoin para facilitar la venta de millones de dólares en heroína, cocaína y otras drogas, había sido condenado a cadena perpetua en el 2015 sin posibilidad de libertad condicional. Después de ser arrestado, perdió acceso a Bitcoin que ahora valdría miles de millones de dólares y se le ordenó pagar casi 200 millones de dólares en multas.

Pero Donald J. Trump hizo una promesa al Partido Libertario, cuyos miembros se encontraban entre los partidarios más fieles de Ulbricht. Si votaban por él en las elecciones del 2024, dijo Trump a un líder del partido, conmutaría la sentencia de Ulbricht. Un día después de la toma de posesión de Trump en enero, Ulbricht recibió un indulto total.

Trump en el 2024 en la Convención Nacional Libertaria, donde asistentes pedían con carteles “Libera a Ross”.

Ahora, Ulbricht se ha embarcado en una inesperada vida después de la muerte. Su regreso es el tipo de espectáculo surreal que ha definido la era Trump, donde los antecedentes penales no son un obstáculo para la reinvención. Y ha llegado a encarnar el creciente vínculo entre Trump y el mundo de las criptomonedas.

Su visita a Las Vegas fue la primera parada de una gira de conferencias por todo el País que, en ocasiones, ha asemejado una campaña política. Ulbricht se ha apoyado en poderosos aliados en la industria de las criptomonedas para ayudar a financiar su nueva vida, aceptando donativos en criptomonedas con un valor aproximado de 31 millones de dólares. Fue invitado de honor en el discurso especial del Presidente Trump ante el Congreso en marzo.

Muchas de las personas que encarcelaron a Ulbricht consideran que su liberación y posterior ascenso son una perversión de la justicia, de acuerdo con siete de esos funcionarios que hablaron con The New York Times, pero rehusaron ser identificados por temor a enojar a partidarios de Ulbricht.

No está claro qué precisamente pretende lograr Ulbricht. Pero amigos y allegados afirman que está motivado por un deseo de replantear la narrativa en torno a Silk Road, vinculada a la muerte de al menos seis personas por drogas. Ulbricht ha estado trabajando en sus memorias, de acuerdo con grabaciones de audio y correos electrónicos obtenidos por The Times, y contrató a un abogado para intentar evitar la publicación de un documental con entrevistas detalladas que concedió durante su estancia en prisión.

Rodney Bridge, un residente de Perth, Australia cuyo hijo de 16 años consumió un alucinógeno comprado en Silk Road y luego saltó del balcón de un hotel en el 2013, calificó la gira de regreso de Ulbricht como “una infamia”.

“Tiene 31 millones de dólares que le dieron, y es un tipo de lo más rico”, dijo Bridge. “Bueno, yo perdí a mi hijo, y otras personas han perdido a hijos y padres por esto”.

En mayo, en el Venetian, Ulbricht era una celebridad y recaudó alrededor de 1.3 millones de dólares en una subasta de sus pertenencias, incluyendo sus pants de prisión y lienzos que pintó en la cárcel. Un artículo se vendió por 5.5 Bitcoins, o aproximadamente 600 mil: la tarjeta de identificación como reo de Ulbricht.

En octubre del 2013, agentes estadounidenses arrestaron a Ulbricht en una biblioteca pública. Finalmente le habían puesto rostro a la misteriosa figura en línea conocida como Dread Pirate Roberts, el creador de Silk Road.

Durante más de dos años, el Dread Pirate Roberts había despistado al Gobierno con su vasto mercado, al que sólo se podía acceder vía un software especial de anonimización en línea. Silk Road se convirtió en el proveedor de drogas ilícitas más conocido del mundo en la dark web.

En un juicio celebrado en Nueva York en el 2015, Ulbricht mantuvo su inocencia. Aunque creó Silk Road, argumentaron sus abogados, no la operaba día a día.

Sin embargo, los registros de chat obtenidos por las autoridades mostraron al Dread Pirate Roberts hablando de pagos de más de 700 mil dólares para ordenar los asesinatos de seis personas que él creía amenazaban el éxito de Silk Road. (No se produjeron los asesinatos, y Ulbricht ha negado haber ordenado asesinatos. Fue acusado de asesinato a sueldo por fiscales estadounidenses en Maryland, pero ese caso nunca llegó a juicio).

A medida que su caso acaparaba titulares internacionales, Ulbricht se convirtió en una causa célebre para libertarios y entusiastas de las criptomonedas. Consideraban a Silk Road una utopía digital, donde Bitcoin era la base de una economía digital liberada.

En febrero del 2015, Ulbricht fue condenado por cargos que incluían lavado de dinero y distribución de narcóticos en línea. Sus delitos conllevaban una pena mínima de 20 años. Pero la jueza Katherine Forrest calificó sus acciones de “terriblemente destructivas para nuestro tejido social” y le impuso dos cadenas perpetuas, una pena que sorprendió incluso a la fiscalía.

Casi de inmediato, los partidarios de Ulbricht comenzaron a hacer campaña por su liberación. Su madre, Lyn Ulbricht, habló en reuniones libertarias. Creó un sitio web y una cuenta en Twitter, @Free_Ross.

En una petición en el 2018 al Presidente Trump, escribió, “Ross está condenado a morir en prisión, no por vender drogas él mismo, sino por crear un sitio web donde otros lo hicieron”. Pero el primer mandato de Trump terminó sin indulto.

Poco después de la sentencia de Ulbricht, recibió una carta de Caroline Debrion, una trabajadora tecnológica francesa en Los Ángeles. Le contó que había seguido el juicio y creía que le serviría el apoyo. Intercambiaban cartas casi a diario.

Debrion comenzó a trabajar con la madre de Ulbricht para lograr su liberación. Con el tiempo, su relación con el reo se tornó romántica. Se casaron el año pasado.

Contra la voluntad de Lyn Ulbricht, quien había protegido a su hijo de los medios, Debrion ayudó a persuadir a Ulbricht para que participara en un documental sobre Silk Road, con la esperanza de influir en la opinión pública.

El cineasta Blake Harris grabó más de 80 horas de llamadas telefónicas con Ulbricht desde prisión. Aparentemente resignado a una vida tras las rejas, Ulbricht habló abiertamente sobre la administración de Silk Road, dice Harris, refutando una defensa legal fundamental de que había dejado de operar el sitio antes de que se popularizara.

Una semana y media después de la toma de posesión de Trump, Ulbricht, ya en libertad, le envió un correo electrónico a Harris, diciéndole que estaba interesado en comprar el documental.

“Una forma de expresar cómo me siento ahora es como: ‘Híjole, dije demasiado’”, explicó en febrero, de acuerdo con una grabación de una llamada entre Ulbricht y Harris obtenida por The Times.

A través de un abogado, Ulbricht ofreció 1.77 millones de dólares por el documental. Harris hizo una contraoferta de unos 10 millones de dólares, dijeron dos personas familiarizadas con las conversaciones. Ulbricht abandonó las negociaciones. Harris dijo que planeaba estrenar su película.

Ulbricht ha encontrado otras maneras de contar la historia de Silk Road. En un discurso, afirmó que se había propuesto crear una plataforma de comercio electrónico “como Amazon” que los usuarios usaron para comprar y vender drogas. En otros eventos, se ha presentado como voz de las personas encarceladas y defensor de los valores libertarios, apareciendo a menudo junto a su madre, quien ha fundado un grupo llamado Madres Contra las Sentencias Crueles.

Sólo una vez durante la gira de conferencias ha sonado arrepentido Ulbricht. “Contribuí a que la gente perdiera su libertad por la adicción”, dijo a los jóvenes republicanos en Florida. “Eso pesará en mi conciencia el resto de mi vida”.

Con los años, las fuerzas del orden han recuperado decenas de miles de Bitcoins que hackers habían robado de Silk Road. Durante su estancia en prisión, Ulbricht perdió su derecho a esa moneda digital.

Pero el indulto podría darle la oportunidad de reclamar algunas de esas monedas u otras criptomonedas que el Gobierno recupere en el futuro, dijeron expertos legales. Incluso una demanda improbable podría conducir a un acuerdo.

El precio potencial sería inmenso. Cuando Ulbricht fue arrestado, un Bitcoin se cotizaba en 132 dólares. Hoy cotiza en unos 110 mil dólares.

Eso significa que el botín de Silk Road del Gobierno tiene un valor de al menos 7.5 mil millones de dólares.

© 2025 The New York Times Company

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