El tráfico de armas desde Florida alimenta la crisis de violencia en Haití

A pesar del embargo de armas, miles de armas y municiones siguen llegando a Haití desde Florida, alimentando la violencia de las pandillas en Puerto Príncipe

  • Actualizado: 02 de abril de 2025 a las 00:00
El tráfico de armas desde Florida alimenta la crisis de violencia en Haití

Por David C. Adams y Frances Robles/ The New York Times

No se fabrican armas en Haití y es ilegal enviarlas allí, pero las pandillas que aterrorizan Puerto Príncipe, la capital, nunca parecen carecer de ellas —ni de municiones.

Los expertos estiman que hay unos 20 grupos armados operando en Puerto Príncipe. La Organización de las Naciones Unidas estima que entre 270 mil y 500 mil armas de fuego circulan ilegalmente en Haití, la mayoría en manos de pandillas. Su poder de fuego ha abrumado las escasas filas de la policía deficientemente equipada de Haití y contribuido a más de 5 mil 600 homicidios el año pasado, un aumento de más de mil casos desde el 2023.

La ONU impuso un embargo de armas a Haití hace tres años, pero la mayoría de las armas en las calles haitianas provienen de Estados Unidos, donde se compran y luego se introducen de contrabando en el País por mar o vía la República Dominicana, dijo la ONU.

El Gobierno de Haití ha restringido las importaciones a lo largo de su frontera terrestre con la República Dominicana. Cualquier producto que no se origine allí debe ingresar por un puerto marítimo.

Mientras Haití lidia con una crisis violenta que amenaza su existencia, persisten las dudas sobre si otras naciones están haciendo lo suficiente para controlar el flujo de armas.

“Si se detiene el flujo de armas y municiones, las pandillas con el tiempo se quedan literalmente sin municiones”, dijo Bill O’Neill, experto independiente en derechos humanos de la ONU para Haití.

Pandilleros haitianos pueden abrumar a la policía con su poder de fuego. La mayoría de las armas ilegales se envían de puertos en EU.

¿De dónde provienen las armas? En resumen, de Florida. El sur de Florida, incluyendo los puertos de Miami y Fort Lauderdale, fue el punto de origen del 90 por ciento de los envíos de armas de fuego ilícitas con destino al Caribe reportados entre el 2016 y el 2023, afirma la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Las pandillas a veces obtienen armas y municiones atacando estaciones de policía en Haití o sobornando a policías locales. Casi mil armas policiacas fueron desviadas en los últimos cuatro años, dice la ONU. Pero las armas son más comúnmente contrabandeadas a bordo de cargueros que zarpan de Florida, ocultas en montones de bicicletas, autos, aparatos electrónicos, ropa y alimentos.

Funcionarios de la ONU y expertos en seguridad privada afirman que los traficantes modificaron sus tácticas en los últimos meses para evitar el aumento en las inspecciones en el Río Miami, una vía fluvial de 8 kilómetros que atraviesa la ciudad de Miami. Los contrabandistas ampliaron nuevas rutas entre Florida y República Dominicana, incluyendo Port Everglades en Fort Lauderdale, un gran puerto de cruceros y carga.

En lo que va del año, las autoridades dominicanas han realizado dos grandes incautaciones de armas de fuego en el puerto de Haina, cerca de la capital, Santo Domingo.

En noviembre, las autoridades dominicanas arrestaron a varios policías dominicanos acusados de contrabandear casi un millón de cartuchos de municiones desde una comisaría. Al menos uno de los compradores era haitiano, consta en los registros judiciales.

Haití cuenta con pocos recursos como escáneres y guardias fronterizos, para combatir el contrabando, mientras que los expertos afirman que Estados Unidos tiene una capacidad limitada para inspeccionar las exportaciones en los puertos nacionales y por lo general sólo realiza inspecciones aleatorias.

“Llegamos sin aviso”, dijo Anthony Hernández, agente de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos que testificó en el juicio de un acusado de contrabando en Miami en enero. “Hacemos todo lo posible por detectar lo más posible”.

Los detractores afirman que no se hace lo suficiente para regular la venta de armas en Estados Unidos a testaferros, una práctica ilegal en la que personas compran armas de parte de otros. Esta práctica es responsable de un gran número de armas utilizadas en delitos en toda Latinoamérica.

“Ahí es donde se puede detener esto”, dijo Jonathan Lowy, fundador de Acción Global contra la Violencia con Armas. “Es muy difícil de detener una vez que las armas están en manos del traficante”.

© 2025 The New York Times Company

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