Talibanes recurren a las gemas para revivir la economía de Afganistán

Los talibanes buscan transformar el potencial mineral de Afganistán en ingresos vitales, tras la caída del apoyo internacional y la prohibición del opio

  • 16 de enero de 2025 a las 00:00
Talibanes recurren a las gemas para revivir la economía de Afganistán

Por David Zucchino/The New York Times

Bazarak, Afganistán — En un frío auditorio en Afganistán, montones de esmeraldas verdes recién extraídas brillaban bajo lámparas de mesa mientras barbudos comerciantes de piedras preciosas inspeccionaban su pureza y calidad.

Un subastador pidió ofertas por el primer lote, que pesaba 256 quilates. Con eso inició la subasta semanal de piedras preciosas de los talibanes.

Estas ventas, en la provincia de Panjshir rica en esmeraldas en el este de Afganistán, son parte de un esfuerzo del gobierno talibán para sacar provecho económico del vasto potencial de minerales y piedras preciosas del país.

Desde que tomaron el poder en agosto del 2021, los talibanes dicen que han firmado acuerdos con veintenas de inversionistas para extraer piedras preciosas, oro, cobre, hierro y otros minerales valiosos, como la cromita. Estos tesoros ofrecen un salvavidas potencialmente lucrativo para una economía débil.

China ha liderado en inversiones. También han firmado licencias mineras inversionistas rusos e iraníes, llenando el vacío dejado por la caótica retirada de Estados Unidos en el 2021.

El gobierno de Estados Unidos estima que bajo el paisaje de Afganistán yacen al menos un millón de millones de dólares en depósitos minerales. El país es rico en cobre, oro, zinc, cromita, cobalto, litio y minerales industriales, así como en piedras preciosas y semipreciosas como esmeraldas, rubíes, zafiros, granates y lapislázuli.

Afganistán también posee un acervo de elementos de tierras raras, afirma la Oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, una agencia estadounidense que cerrará este año. Estos elementos se utilizan en teléfonos móviles, laptops y vehículos eléctricos.

Los talibanes están intentando hacer lo que Estados Unidos no pudo hacer durante sus 20 años de ocupación. El gobierno de Estados Unidos gastó casi mil millones de dólares para desarrollar proyectos mineros en Afganistán, pero “el progreso tangible fue insignificante y no sostenido”, dijo el inspector general especial en enero del 2023.

Muchos de los obstáculos de esa época aún podrían persistir: falta de seguridad, infraestructura deficiente y corrupción.

Los talibanes aún lo están intentando, desesperados por obtener ingresos después de la pérdida de ayuda al País con la retirada de Estados Unidos.

La economía afgana se ha contraído 26 por ciento en los últimos dos años, reportó el Banco Mundial en abril. La fuerte caída de la ayuda internacional, afirmó el banco, ha dejado a Afganistán “sin ningún motor interno de crecimiento”.

Aunado a eso, el veto a la producción de opio por parte del talibán ha costado a los agricultores 1.3 mil millones de dólares en ingresos, o el 8 por ciento del producto interno bruto de Afganistán, dijo el Banco Mundial. La prohibición ha reducido las tierras dedicadas al cultivo de amapola en un 95 por ciento, informó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

La minería podría ayudar a reemplazar a las amapolas como una fuente constante de ingresos. Turquía y Qatar, junto con China e Irán, han invertido en minas de hierro, cobre, oro y cemento. El Ministerio de Minas y Petróleo afirma que empresas uzbekas han firmado acuerdos para extraer petróleo en el norte de Afganistán.

En la provincia de Panjshir, el Gobierno ha emitido 560 licencias de esmeraldas, dijo Hamayoon Afghan, del Ministerio de Minas y Petróleo. También ha concedido licencias para extraer rubíes en las provincias de Panjshir y Kabul, dijo.

Pero muchas licencias nuevas son para minas que aún no han abierto. Y muchas minas existentes se ven obstaculizadas por infraestructura deficiente y una escasez de ingenieros y expertos técnicos experimentados. (Afghan dijo que los inversionistas extranjeros están obligados a emplear afganos y capacitarlos).

El talibán ya está recaudando impuestos por las ventas de esmeraldas.

Rahmatullah Sharifi, un comerciante de piedras preciosas, dijo que no le importaba pagar el impuesto. “El gobierno necesita dinero para desarrollar el país”, afirmó. “La pregunta es: ¿lo gastarán en ayudar al pueblo afgano?”.

Safiullah Padshah, Yaqoob Akbary y Najim Rahim contribuyeron con reportes.

© 2025 The New York Times Company

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