Roliúde, el pueblo brasileño donde el cine sustituyó a las cabras

Cabaceiras, conocida como el Hollywood de Brasil, ha convertido sus paisajes áridos y a sus propios habitantes en el motor de una próspera industria fílmica

  • Actualizado: 26 de diciembre de 2025 a las 19:15
Roliúde, el pueblo brasileño donde el cine sustituyó a las cabras

Por Ana Ionova/ The New York Times

CABACEIRAS, Brasil — Los actores frente a la cámara eran aficionados, pero no eran precisamente nuevos en el mundo del espectáculo.

Había un ranchero barbudo que había interpretado a un cazarrecompensas en un western. Una cocinera de voz suave que había bailado en un drama de cine independiente. Y una abuela platicadora que debutó en una comedia muy querida hace más de 20 años.

“Podemos hacerlo todo —si nos dices que riamos, reímos. Si nos dices que lloremos, lloramos”, dijo la abuela, Maria Edite Santos França, de 71 años, mientras se preparaba para audicionar para la producción más reciente.

Cabaceiras, una tranquila aldea de más de 5 mil habitantes enclavada en lo profundo del interior de Brasil, se conoce como el Hollywood brasileño, sirviendo de escenario para al menos 50 películas y programas de televisión desde 1929.

Parte del atractivo de Cabaceiras yace en sus dramáticos paisajes y sus nítidos cielos azules durante todo el año. Las escasas lluvias lo han convertido en un lugar perfecto para filmar.

Estrellas amarillas están pintadas en la acera, evocando las doradas del Paseo de la Fama de Hollywood. Y en las colinas, un letrero gigante dice “Roliúde”, la pronunciación fonética de Hollywood en portugués brasileño.

El director Nivaldo Rodrigues (der.) trabajando en una película en Cabaceiras, Brasil.

Una mañana, gente llenaba el vestíbulo de una oficina. Esperaban conseguir un papel en una película con un tema familiar: una mujer se dispone a entregar una carta en el lejano pueblo que su madre abandonó décadas atrás.

Cuando Nivaldo Rodrigues, el director, le preguntó a Amilton de Farias Cunha si conocía a la destinataria de la carta, el ranchero de 37 años improvisó: “¿No sabes que es mi tía?”.

Cuando llegó el turno de França, miró a la cámara e insistió en que la destinataria había caído muerta.

Aline Soares, de 30 años, cocinera que acudía en un receso de su trabajo, dijo: “No se trata sólo del dinero. Se trata del arte. Se trata de nuestra identidad”.

Los historiadores creen que la primera película rodada aquí fue un documental de 1929 sobre la vida cotidiana en el noreste. Pero fue una comedia del año 2000 sobre estafadores lo que convirtió a Cabaceiras en un centro cinematográfico. Más recientemente, el pueblo ha servido como escenario para series sobre bandidos folclóricos, producidas con plataformas de streaming como Disney+ y Amazon Prime.

Los equipos de producción pagan cientos de dólares para contratar actores locales y rentar casas, ranchos y ganado. Un papel mudo puede generar alrededor de 30 dólares al día, rentar un caballo o una cabra puede redituar casi 40 dólares, y recitar un diálogo genera casi 300 dólares, más que el salario mínimo mensual en Brasil.

En las afueras del pueblo, Cunha llevaba una gorra de pastor y polainas de piel de cabra, como las usadas por su padre y su abuelo para protegerse de los arbustos penetrantes de la sabana. Ya estaba en personaje cuando un autobús turístico se detuvo frente al rancho de su familia, que él ha convertido en alojamiento. Adentro, Cunha vendió agua y licor casero a los turistas. Después, guió al grupo a través de un laberinto de imponentes rocas, mientras contaba anécdotas de tras bambalinas.

Cunha se detuvo en el lugar donde se filmó una escena crucial de una exitosa serie. “Aquí es donde ella ve la marca de sangre —y se da cuenta de que algo anda mal”, dijo con una pausa dramática.

“Ahora ganamos más dinero con las rocas que con las cabras”, explicó.

© 2025 The New York Times Company

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