Por Elisabetta Povoledo/The New York Times
Roma — Muchos de los que visitan por primera vez la Fontana de Trevi en Roma conocen el ritual: para asegurar un regreso a la Ciudad Eterna, dice la leyenda, hay que pararse de espaldas al agua y lanzar una moneda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo.
La práctica se hizo famosa en todo el mundo gracias a la película de 1954 “Tres monedas en la fuente” y su canción homónima, grabada por Frank Sinatra.
El lanzamiento de monedas es tan popular entre los turistas que ni siquiera una reciente restauración de tres meses de duración que cortó el acceso directo a la fuente del siglo 18 fue un impedimento.
Los visitantes siguieron agolpándose frente a los paneles transparentes que protegían el lugar de trabajo para lanzar monedas —con valor de unos 61 mil euros, o 63 mil dólares— en una bañera utilitaria y achaparrada.
“El turista va a lanzar una moneda; no les importa si hay construcción o no”, dijo Fabrizio Marchioni. Durante 13 años, su principal labor para Cáritas, la organización benéfica católica, ha sido recoger y contar las monedas.
En el 2023 se sirvieron más de 52 mil comidas en los comedores populares de Cáritas en Roma, sólo uno de los muchos proyectos que lleva a cabo la organización benéfica. “Estas son monedas de solidaridad”, dijo Giustino Trincia, director de la rama de Cáritas en Roma, ya que “se les da buen uso”.
Las monedas son reclamadas por la administración municipal de Roma, pero las ha donado a Cáritas desde el 2005. El total en el 2023 ascendió a cerca de 2 millones de euros.
La reciente reapertura de la fuente, 10 años después de una importante restauración, se produjo justo a tiempo para el inicio del Año Jubilar de la Iglesia Católica en Nochebuena. Con unos 32 millones de visitantes previstos para el próximo año, Roma ha estado limpiando y puliendo docenas de monumentos.
Roma tiene una gran cantidad de fuentes, los rostros públicos y decorativos de acueductos construidos originalmente por los antiguos romanos, pero ninguna iguala la fama de la Fontana de Trevi.
A principios del siglo 18, el arquitecto Nicola Salvi reemplazó una versión más modesta de la fuente por una obra monumental que alcanza casi 35 metros de altura, posiblemente “el monumento más conocido de la Roma moderna”, dijo Claudio Parisi Presicce, superintendente cultural del patrimonio romano.
Celebrada en una sinfonía, así como en obras de arte a lo largo de los siglos, la fuente se convirtió en una estrella cinematográfica en el siglo 20, más famosamente en “La Dolce Vita” de Fellini. El ritual del lanzamiento de monedas comenzó a fines del siglo 19, cuando académicos alemanes que estudiaban en Roma retomaron una antigua práctica romana de arrojar monedas al agua para tener buena suerte. Rápidamente se popularizó.
A lo largo de las décadas, las monedas —y las personas sentadas en el borde de mármol de la fuente (prohibido)— han contribuido a su desgaste, particularmente porque el número de visitantes ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Los minerales de las monedas suelen dejar marcas en el producto utilizado para impermeabilizar la pileta. Desarrollado especialmente para la fuente, se le conoce como “Blanco Trevi” y es necesario un mantenimiento periódico.
Dos veces por semana, trabajadores de la empresa de agua y electricidad ACEA utilizan una máquina diseñada para albercas para aspirar las monedas de la pileta. Las monedas se pesan bajo la supervisión de agentes de policía de la Ciudad antes de que Marchioni las lleve a las oficinas de Cáritas. Allí se lavan con agua de la llave y se colocan sobre una mesa cubierta con una toalla para eliminar las impurezas, y otras cosas.
Hallados recientemente: medallas religiosas, púas de guitarra, canicas y conchas.
También son comunes las pulseras y los anillos; Marchioni supone que es posible que se hayan caído durante lanzamientos particularmente entusiastas. Joyas de aspecto costoso se entregan a la policía.
Las monedas se secan y luego pasan por una máquina que separa las monedas de euro del resto. La moneda extranjera se envía a una empresa para su cambio, lo que puede resultar problemático. “Digamos que lo mejor es lanzar monedas de euro”, dijo Marchioni.
Lo recaudado se utiliza para una variedad de proyectos caritativos, la mayoría en ayuda de familias necesitadas. El dinero llegó a casi 10 mil personas en el 2023, dijo Trincia.
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