Policía de Sudáfrica continua con las torturas usadas en el apartheid

Los policías de Sudáfrica continuan utilizando el ahogamiento simulado, un tipo de tortura utilizada en la oscura etapa del apartheid en el siglo XX

  • 17 de julio de 2025 a las 00:00
Policía de Sudáfrica continua con las torturas usadas en el apartheid

Por Daneel Knoetze y John Eligon/The New York Times

JOHANNESBURGO — Durante el apartheid, la fuerza policial sudafricana, liderada por blancos, aterrorizó a las personas negras con una brutal táctica de interrogatorio que consistía en asfixiarlas, a menudo con bolsas de plástico.

Tras el apartheid, Sudáfrica adoptó una constitución que prohibió estos métodos de tortura y firmó tratados internacionales para prevenirlos.

Sin embargo, un análisis del New York Times de datos gubernamentales ha revelado que, tres décadas después del apartheid, la policía sudafricana sigue utilizando el mismo método de asfixia, conocido como “ahogamiento simulado”.

Entre el 2012 y el 2023, un promedio de tres personas por semana presentaron denuncias de que la policía las había sometido a ahogamiento simulado, arrojó el análisis realizado por el Times en colaboración con Viewfinder, una organización periodística sudafricana sin fines de lucro.

Un gobierno liderado por luchadores por la libertad que ayudaron a liberar a los sudafricanos negros ahora supervisa una fuerza policial que los tortura.

“Estoy realmente impactado porque me trae muy, muy, muy malos recuerdos”, dijo Khulu Mbatha, del Congreso Nacional Africano, el partido de liberación. “Cuando llegaron al poder en 1994, los líderes del CNA lo dejaron claro: nadie debería ser sometido a eso”.

El ahogamiento simulado consiste en colocar una bolsa de plástico sobre la cabeza de alguien y atarla alrededor del cuello.

Los agentes rara vez rinden cuentas.

El Times identificó cerca de mil 700 denuncias de ahogamiento simulado presentadas a lo largo de 11 años ante la Dirección Independiente de Investigación Policial, un organismo de control gubernamental. Sólo en un caso destituyó la policía a un agente (posteriormente fue reincorporado). En seis casos, agentes fueron hallados culpables en el tribunal.

Los comandantes del Servicio de Policía de Sudáfrica y altos funcionarios del Gobierno han sido advertidos repetidamente del uso de tortura, incluyendo en un informe confidencial de las Naciones Unidas del 2023 obtenido por el Times. El Gobierno nunca respondió, como se requiere de un signatario de un protocolo de la ONU contra la tortura.

La coronel Athlenda Mathe, vocera del servicio de policía, dijo en un comunicado que el departamento “considera cualquier denuncia de tortura como una falta grave” y que cuenta con medidas para prevenirla.

Los expertos coinciden en que la información obtenida mediante tortura no es confiable, ya que es probable que las víctimas hagan confesiones falsas bajo presión. Sin embargo, oficiales activos y retirados declararon a The Times que algunos comandantes creen que la tortura produce resultados.

Para responder a las críticas y combatir la delincuencia, la policía estableció cuotas estrictas de arrestos e incautación de armas ilegales. Presionados para cumplir con estos objetivos, algunos comandantes ignoran las acusaciones de tortura, afirmó Jeremy Vearey, ex alto agente policial.

Tumelo Mogodiseng, secretario general de la Unión Sudafricana de Policías, afirmó que las denuncias de tortura son exageradas. “Es fácil para los delincuentes mentir sobre los agentes de policía”, afirmó.

El manual de capacitación del departamento de policía incluye técnicas de interrogatorio que se ajustan a las mejores prácticas globales. Sin embargo, oficiales actuales y retirados afirmaron que la capacitación es inadecuada y se sigue de forma desigual.

Madoda Martin Zulu, ex detective de policía, estima que practicó ahogamiento simulado a sospechosos “quizás menos de 50 veces” durante su carrera. Con el tiempo, comentó, se dio cuenta de que era peligroso e incorrecto, y se convirtió en un crítico abierto.

Incluso cuando un agente es sancionado por hacerlo, la práctica continúa, afirmó Zulu. “Si se realiza un arresto en una comisaría en particular, la práctica se detiene por un tiempo y luego regresa”.

© 2025 The New York Times Company

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